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Esto puede tener un pro y un contra: por un lado aporta el nudo de<br />
producción estructural y causal macro partir del cual se puede explicar el<br />
tiempo posterior, pero p<strong>re</strong>cisamente por eso también se puede cor<strong>re</strong>r el<br />
riesgo de <strong>re</strong>ducir los acontecimientos posterio<strong>re</strong>s al horizonte de sentido<br />
en sus términos más gruesos defi nido por el momento constitutivo. El<br />
trabajo de explicación histórica tiene, entonces, que tener el cuidado de<br />
dar cuenta de ambas cosas: tanto de las determinaciones del momento<br />
constitutivo, como de las variaciones y novedades que se van produciendo<br />
en cada nuevo hecho histórico.<br />
Zavaleta trabaja una combinación que consiste en dar cuenta de la<br />
causa estructural y de la acumulación especial de los hechos de cada<br />
historia. Para pensar esta dimensión de la causa legal estructural Zavaleta<br />
<strong>re</strong>currió al marxismo como teoría general, que para él era la teoría que<br />
había pensado la confi guración del tiempo histórico de la modernidad.<br />
En la medida que desde la colonización hemos sido incorporados a esta<br />
temporalidad, aunque sólo sea parcialmente, en ese margen también se<br />
hace pertinente para pensar nuestra inserción en el mundo bajo la dominación<br />
colonial y capitalista. De Marx y de algunos de sus seguido<strong>re</strong>s más<br />
c<strong>re</strong>ativos, ent<strong>re</strong> ellos Gramsci y en parte también Lenin, Zavaleta <strong>re</strong>toma<br />
el conjunto de categorías y la teoría general que le permitiría pensar la<br />
producción de lo social y lo político en tiempos modernos, en particular<br />
la formación de los Estados nación. Así, el marxismo aporta, por un lado,<br />
la teoría general para entender y explicar la época o el tiempo histórico de<br />
la modernidad, y por el otro, también introduce o aporta esta dimensión<br />
internacional o cosmopolita para pensar en lo social y lo político; en<br />
términos político-ideológicos implica el internacionalismo proletario.<br />
Zavaleta tiene la peculiaridad de articular lo que él mismo llamó<br />
centralidad proletaria –-siguiendo la pauta del marxismo italiano– con<br />
el internacionalismo proletario. Ambas cosas no signifi can, sin embargo,<br />
que metodológica, ideológica y políticamente esté primero la dimensión<br />
mundo o un conjunto de determinaciones externas para pensar la formación<br />
interna de la nación, sino más bien consistiría en que la centralidad<br />
proletaria es el hecho histórico que permite pensar la forma primordial.<br />
No siemp<strong>re</strong> encontramos esto. En ese sentido, se hace más difícil la<br />
utilización del marxismo como estrategia para explicar la historia de un<br />
país. El caso boliviano es algo que se confi gura después de varias décadas,<br />
acaba de madurar hacia la década de los ‘60 y tiene un momento de<br />
<strong>re</strong>velación en la constitución de la Asamblea Popular en 1970. En este<br />
sentido, la centralidad proletaria no implica la primacía que proviene de<br />
LA PRODUCCIÓN TEÓRICA PARA PENSAR AMÉRICA LATINA<br />
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