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En <strong>re</strong>clamos de laya semejante conviene p<strong>re</strong>cisar los términos p<strong>re</strong>cisos<br />
del problema involucrado. 1) En todo fenómeno conc<strong>re</strong>to siemp<strong>re</strong> encontra<strong>re</strong>mos<br />
una multiplicidad casi infi nita de elementos y <strong>re</strong>laciones. 2)<br />
En la apropiación teórica – i.e. por medio de conceptos– de ese fenómeno,<br />
el pensamiento sólo se p<strong>re</strong>ocupa de unos pocos elementos y <strong>re</strong>laciones,<br />
los que se suponen más decisivos y esenciales al operar del fenómeno.<br />
3) Es más que obvio que, en este proceder, pasamos de centenas o miles<br />
de elementos a unos pocos. En este sentido, hay una pérdida que tiene<br />
hasta <strong>re</strong>alidad aritmética. 4) En términos cualitativos, en vez de pérdidas<br />
hay ganancias: las que se obtienen al identifi car los rasgos más decisivos<br />
del fenómeno. Es decir, puedo dejar de lado lo que no es importante y<br />
concentrar la atención en lo que sí lo es. 5) La teoría, en este nivel digamos<br />
de universalidad abstracta, trata como iguales a todos los fenómenos<br />
conc<strong>re</strong>tos que pertenecen a la misma familia. Pero no es menos cierto que<br />
ningún fenómeno conc<strong>re</strong>to es exactamente igual a otro. Un homb<strong>re</strong> es<br />
un homb<strong>re</strong>, pero Pedro nunca será completamente igual a Pablo. 6) Si se<br />
trata de examinar y entender situaciones y fenómenos conc<strong>re</strong>tos, la teoría<br />
general es absolutamente imp<strong>re</strong>scindible. Sin ella, ninguna comp<strong>re</strong>nsión<br />
verdadera será posible. No podré entender a Pablo si no tengo claridad<br />
sob<strong>re</strong> el ser homb<strong>re</strong>. Pero ese dominio teórico de lo universal-abstracto<br />
es insufi ciente. Pablo sí es un homb<strong>re</strong>, pero con tales y cuales peculiaridades.<br />
En este sentido, es un singular en que anida lo universal. O sea,<br />
es una conc<strong>re</strong>ta unidad ent<strong>re</strong> esos aspectos apa<strong>re</strong>ntemente opuestos. 7)<br />
Como en lo <strong>re</strong>al conc<strong>re</strong>to encontramos esa fusión-combinación de lo universal<br />
y lo particular, el pensamiento debe subordinarse a esta <strong>re</strong>alidad,<br />
perseguirla con los <strong>re</strong>cursos que le son propios y <strong>re</strong>producirla adecuadamente<br />
en términos conceptuales. 8) Lo anotado exige ascender de lo<br />
abstracto a lo conc<strong>re</strong>to, en el espacio del pensamiento. Es decir, <strong>re</strong>producir<br />
intelectualmente lo conc<strong>re</strong>to-<strong>re</strong>al como conc<strong>re</strong>to de pensamiento.<br />
De este modo, esa multiplicidad de elementos y <strong>re</strong>laciones que tipifi ca al<br />
fenómeno material conc<strong>re</strong>to, deberá <strong>re</strong>p<strong>re</strong>sentarse como una síntesis de<br />
múltiples categorías y conceptos, internamente engarzados 38 .<br />
Se trata, entonces, de pensar más y mejor. No de dejar de hacerlo.<br />
No hay aquí fallas de la razón que ameriten el <strong>re</strong>curso a tal o cual exorcismo,<br />
sino de una razón que debe proseguir su ruta y avanzar desde<br />
los niveles más generales a los más singula<strong>re</strong>s. Es decir, cumplir con la<br />
38 Según Hegel, “el objeto de la fi losofía no es, pues, en modo alguno, la abstracción<br />
vacía o el pensamiento formal, sino el pensamiento conc<strong>re</strong>to”. Cf. Lógica (pequeña),<br />
p. 128. Edic. cit.<br />
RECUPERAR A HEGEL<br />
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