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la asemeja a la <strong>re</strong>ligión y, <strong>re</strong>specto a la ciencia, la podría unir a futuro 3 .<br />
Aunque, por ahora, la ciencia no alcanza una visión que apunte al todo<br />
y se estructu<strong>re</strong> como un sistema bien unifi cado.<br />
La fi losofía debe apoyarse en los avances de la ciencia (aunque no<br />
siemp<strong>re</strong> lo ha hecho. Incluso, en no pocos casos, ha combatido estos<br />
avances) y, a la vez, ir más allá. No en el sentido de introducir elementos<br />
meta-<strong>re</strong>ales sino en uno bastante más pedest<strong>re</strong>: debe intentar dar <strong>re</strong>spuestas<br />
donde la ciencia aún no las tiene. En consecuencia, se ve obligada a<br />
especular, con todos los riesgos que esto conlleva. La fi losofía, considerada<br />
como especulación pura, va perdiendo ter<strong>re</strong>no conforme la ciencia<br />
va avanzando. Y podemos suponer que, en el límite, se va a transformar<br />
en la ciencia unifi cada del todo. Para lo cual, en todo caso, faltan muchas<br />
lunas. Más aún, si bien pensamos, ese ideal de una ciencia a la vez<br />
unifi cada y capaz de abarcar toda la <strong>re</strong>alidad pa<strong>re</strong>ce ser prácticamente<br />
imposible. Como la <strong>re</strong>alidad se desarrolla y, por lo mismo, va originando<br />
novedades, podemos pensar en una ciencia que siemp<strong>re</strong> va por lo menos<br />
un peldaño más atrás de lo <strong>re</strong>al 4 .<br />
3 Un problema clave, que aquí no abordamos, es el de la articulación ent<strong>re</strong> estos t<strong>re</strong>s<br />
tipos de <strong>re</strong>fl ejo. Como <strong>re</strong>gla, las eventuales <strong>re</strong>laciones de subordinación son un indicador<br />
del nivel de desarrollo alcanzado por tal o cual sociedad. En las sociedades<br />
modernas, es la ciencia –con no pocas vacilaciones– la que tiende a dominar. En las<br />
más atrasadas, la <strong>re</strong>ligión. Aunque hay pensado<strong>re</strong>s contemporáneos, como el católico<br />
Maritain, que insisten en las viejas subordinaciones: “la teología está (…) por encima<br />
de todas las ciencias puramente humanas. Y aunque no posee la evidencia de sus<br />
principios, que son c<strong>re</strong>ídos por el teólogo, mientras que los principios de la fi losofía<br />
son vistos por el fi lósofo, es una ciencia más elevada que la fi losofía; el argumento<br />
sacado o fundado en la autoridad es en efecto el más pob<strong>re</strong> de todos los argumentos,<br />
cuando se trata de la autoridad de los homb<strong>re</strong>s; pero el argumento basado en la<br />
autoridad de Dios, que <strong>re</strong>vela, es el más fuerte y efi caz de todos ellos”. Asimismo,<br />
Maritain señala que “a título de ciencia superior, la teología juzga a la fi losofía del<br />
mismo modo que la fi losofía juzga a las ciencias. Le cor<strong>re</strong>sponde pues, sob<strong>re</strong> ella,<br />
el ofi cio de di<strong>re</strong>cción negativa, que consiste en declarar falsa toda proposición fi losófi<br />
ca incompatible con una verdad teológica”. Se comp<strong>re</strong>nde que con semejantes<br />
criterios difícilmente podría vivir la ciencia. Cf. Jacques Maritain, Introducción a la<br />
fi losofía, Buenos Ai<strong>re</strong>s, Ediciones Club de Lecto<strong>re</strong>s, 1970, pp. 102-103.<br />
4 Valga <strong>re</strong>cordar la advertencia de Engels: “un sistema universal y defi nitivamente<br />
plasmado del conocimiento de la naturaleza y de la historia, es incompatible con las<br />
leyes fundamentales del pensamiento dialéctico; lo cual no excluye, sino que, lejos<br />
de ello, implica que el conocimiento sistemático del mundo exterior en su totalidad<br />
pueda prog<strong>re</strong>sar gigantescamente de generación en generación”. F. Engels, “Del<br />
socialismo utópico al socialismo científi co”, en Marx-Engels, Obras Escogidas,<br />
Moscú, Ed. Prog<strong>re</strong>so, tomo 3, 1974, p. 138.<br />
RECUPERAR A HEGEL<br />
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