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Entendemos, en consecuencia, que si bien es cierto que la sociedad<br />
civil en el sentido de Marx (las <strong>re</strong>laciones materiales de vida) determinado<br />
al Estado, esto no puede derivarse al supuesto ya falso de que la<br />
estructura productiva defi ne la forma del Estado. Porque, de otro modo,<br />
¿cómo se explicaría la aparición, es cierto que no tan temprana, de un<br />
concepto como el de autonomía <strong>re</strong>lativa?<br />
La lectura de las obras más propiamente políticas de Marx nos sirve<br />
para avanzar en la discusión de este problema al que asignamos una<br />
importancia decisiva. ¿Cuál es en efecto el grado en que el sector supe<strong>re</strong>structural<br />
al que llamamos Estado es parte del modelo de <strong>re</strong>gularidad<br />
del MPC, es decir, de aquella parte de la sociedad sujeta a leyes (casi en<br />
el mismo sentido baconiano de las leyes naturales) y a la que se puede,<br />
con fi nes de conocimiento, aplicar el principio de la <strong>re</strong>iterabilidad? Nos<br />
pa<strong>re</strong>ce que, si el carácter fundamental de este modo de producción es<br />
la <strong>re</strong>producción ampliada o valorización, que está a cargo por fuerza de<br />
homb<strong>re</strong>s jurídicamente lib<strong>re</strong>s, en consecuencia, aquí tenemos ya un indicio<br />
de cuáles son las zonas de <strong>re</strong>gularidad en la supe<strong>re</strong>structura, aquellas<br />
en las que participa del modelo de <strong>re</strong>gularidad. Sería una contradicción<br />
sustantiva decir que el individuo es jurídicamente lib<strong>re</strong> en el acto productivo<br />
y servil o esclavo en la supe<strong>re</strong>strucutra porque se trata de un solo<br />
individuo inseparable.<br />
Pero por otra parte, la supe<strong>re</strong>structura tiende a la estasis o sea a su ratifi<br />
cación. Ni el de<strong>re</strong>cho ni la ideología existen en principio para cambiar<br />
el mundo sino para conservarlo. En el cotejo de esto con la base económica,<br />
que se mueve siemp<strong>re</strong> (la <strong>re</strong>producción ampliada), ve<strong>re</strong>mos que<br />
la historia de la <strong>re</strong>lación ent<strong>re</strong> Estado y sociedad en el capitalismo debe<br />
producir continuos desfases o no cor<strong>re</strong>spondencias, es decir, lo contrario<br />
de la cor<strong>re</strong>spondencia automática. A la inversa, todas las características<br />
del Estado moderno se dirigen a compensar esta tendencia.<br />
Por cierto que si esta determinación fuera tan llana, si también se<br />
<strong>re</strong>fi riera a lo que en rigor debe llamarse “forma estatal” entonces jamás<br />
podríamos comp<strong>re</strong>nder por qué un mismo modo de producción c<strong>re</strong>a, sin<br />
embargo, supe<strong>re</strong>structuras tan dife<strong>re</strong>nciadas como las que existen en Inglaterra,<br />
Estados Unidos, Argentina y México, tomando cuatro ejemplos<br />
al azar. Sostenemos que las formas supe<strong>re</strong>structurales tienen su propia<br />
manera de ag<strong>re</strong>gación causal (como es descrito el bonapartismo en el 18<br />
Brumario…) y, en consecuencia, hablar de leyes aquí en el mismo sentido<br />
con que se habla del modelo de <strong>re</strong>gularidad es trasladar el régimen de<br />
análisis de una <strong>re</strong>gión a otra, sin que cor<strong>re</strong>sponda hacerlo.<br />
36 RENÉ ZAVALETA MERCADO