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otro, que es derivado y que ya supone el enf<strong>re</strong>ntamiento confl ictivo. O<br />
sea, la contradicción objetiva pasa a exp<strong>re</strong>sarse en términos de cierto tipo<br />
de comportamientos que son de lucha y confl icto.<br />
En la fábrica, por ejemplo, se establece una determinada <strong>re</strong>lación<br />
social ent<strong>re</strong> los trabajado<strong>re</strong>s y la ge<strong>re</strong>ncia o di<strong>re</strong>cción fabril. De acuerdo<br />
a ella, el trabajador se ve obligado a desplegar cierto tipo de actividades<br />
conc<strong>re</strong>tas con cierta intensidad y en cierto periodo de tiempo. Asimismo,<br />
el capital se ve obligado a <strong>re</strong>munerarlo en cierto monto. Esta <strong>re</strong>lación implica<br />
también explotación del trabajo por parte del capital y es claramente<br />
contradictoria: lo que uno gana el otro lo pierde. Por lo mismo, cabe<br />
esperar que se dé un forcejeo y que los contendientes se organicen para<br />
mejor dirimir sus enf<strong>re</strong>ntamientos: asociaciones, sindicatos, partidos, etc.<br />
El punto a subrayar, para nuestros propósitos, es muy simple: dado el<br />
carácter contradictorio de la <strong>re</strong>lación, podemos suponer que generará un<br />
comportamiento de los agentes o sujetos que se <strong>re</strong>lacionan, el cual será<br />
confl ictivo. Si denominamos A al dato objetivo (la contradicción) y C<br />
al comportamiento derivado esperable (el confl icto), tendríamos que si<br />
existe A, debería existir C. Pero esto supone que ent<strong>re</strong> A y C existe una<br />
<strong>re</strong>lación di<strong>re</strong>cta y mecánica. No obstante, las personas no son autómatas.<br />
O sea, ent<strong>re</strong> el dato objetivo A y la conducta C a desplegar, se interpone el<br />
factor subjetivo, es decir, la mediación de la conciencia. Esta puede (por<br />
cualesquier tipo de razones) <strong>re</strong>fl ejar muy bien, muy mal o medianamente<br />
lo que es A y, por ello, puede que A no se traduzca adecuadamente en<br />
C. Por lo mismo, el confl icto pudiera no existir, ser muy embrionario o,<br />
en el otro ext<strong>re</strong>mo, desplegarse a plenitud. En consecuencia: i) no hay<br />
identidad ni <strong>re</strong>fl ejos mecánicos; ii) el confl icto tiene una base objetiva;<br />
iii) por lo mismo, cabe esperar que más tarde o más temprano termine<br />
por manifestarse.<br />
Podemos ahora comentar otro problema: el de los múltiples confl ictos,<br />
actuales o potenciales.<br />
En un todo complejo como lo es cualquier formación económico-social,<br />
siemp<strong>re</strong> encontra<strong>re</strong>mos una vasta multiplicidad de contradicciones.<br />
Como <strong>re</strong>gla, estas contradicciones guardan ent<strong>re</strong> sí ciertas <strong>re</strong>laciones de<br />
cor<strong>re</strong>spondencia, Es decir, son compatibles y <strong>re</strong>lativamente cohe<strong>re</strong>ntes<br />
ent<strong>re</strong> sí, en que esta cohe<strong>re</strong>ncia o adecuación viene <strong>re</strong>gulada por la contradicción<br />
básica del sistema, la que –según ya hemos indicado– cumple<br />
también una función de cohe<strong>re</strong>ntización. En este sentido, sob<strong>re</strong>manera en<br />
las fases de desarrollo “normal” del todo que nos p<strong>re</strong>ocupa, las diversas<br />
278 JOSÉ VALENZUELA FEIJÓO