Lo lícito e ilícito en el Islam (por Dr. Yusuf Al-Qaradawy)
Lo lícito e ilícito en el Islam (por Dr. Yusuf Al-Qaradawy)
Lo lícito e ilícito en el Islam (por Dr. Yusuf Al-Qaradawy)
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Lo</strong> <strong>lícito</strong> e i<strong>lícito</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>Islam</strong> (<strong>por</strong> <strong>Dr</strong>. <strong>Yusuf</strong> <strong>Al</strong>-<strong>Qaradawy</strong>)<br />
EL SEGUNDO EJEMPLO<br />
Aquí m<strong>en</strong>cionaremos la respuesta de la primera g<strong>en</strong>eración de mujeres musulmanas a la<br />
prohibición de <strong>Al</strong>lah de exponer sus ornam<strong>en</strong>tos y la ord<strong>en</strong> de ser modestas y cubrir su<br />
aura.<br />
Durante <strong>el</strong> periodo de la ignorancia, las mujeres solían andar con su p<strong>el</strong>o, su cu<strong>el</strong>lo y su<br />
busto descubierto, exhibi<strong>en</strong>do los ornam<strong>en</strong>tos que llevaban, aretes y collares , <strong>por</strong><br />
ejemplo. <strong>Al</strong>lah prohibió <strong>en</strong>tonces esta des<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ada exhibición de la era de la<br />
Ignorancia, ord<strong>en</strong>ando a las mujeres que se distingan de las mujeres de la Ignorancia al<br />
practicar la modestia y cubrirse las cabezas con <strong>el</strong> v<strong>el</strong>o, además d<strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo y <strong>el</strong> busto.<br />
A continuación, pres<strong>en</strong>tamos <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de Aisha, madre de los crey<strong>en</strong>tes, sobre la<br />
manera <strong>en</strong> que las mujeres de los emigrantes y de los Ansar recibieron la ord<strong>en</strong> de<br />
realizar un gran cambio <strong>en</strong> su estilo de vida, afectando su apari<strong>en</strong>cia, vestido y<br />
ornam<strong>en</strong>tación. Aisha dijo: "¡Que <strong>Al</strong>lah t<strong>en</strong>ga misericordia de las mujeres emigrantes y<br />
ansaríes! Cuando la aleya "Y di a las crey<strong>en</strong>tes que baj<strong>en</strong> la vista con recato, que sean<br />
castas y no muestr<strong>en</strong> más adorno que los que están a la vista, que cubran su escote<br />
con <strong>el</strong> v<strong>el</strong>o ..." (24:31) fue rev<strong>el</strong>ada, rasgaron sus vestidos para t<strong>en</strong>er con qué<br />
cubrirse"[3] Cuando Aisha estaba <strong>en</strong> compañía de otras mujeres, <strong>el</strong>las m<strong>en</strong>cionaron a<br />
las mujeres de Curaish y sus méritos; Aisha dijo: "Las mujeres de Curaish son<br />
verdaderam<strong>en</strong>te bu<strong>en</strong>as; pero, ¡Por <strong>Al</strong>lah!, no he visto mujeres mejores que las ansaríes<br />
<strong>en</strong> la implem<strong>en</strong>tación d<strong>el</strong> Libro de <strong>Al</strong>lah y creer <strong>en</strong> la rev<strong>el</strong>ación. Cuando la aleya "Y di<br />
a las crey<strong>en</strong>tes que baj<strong>en</strong> la vista con recato, que sean castas y no muestr<strong>en</strong> más<br />
adorno que los que están a la vista, que cubran su escote con <strong>el</strong> v<strong>el</strong>o ..." (24:31) de la<br />
sura "<strong>Al</strong> Nur", fue rev<strong>el</strong>ada, los hombre volvieron a sus hogares y se la recitaron a sus<br />
esposas. Ni bi<strong>en</strong> terminaron los hombres de recitar la aleya a sus esposas, hijas,<br />
hermanas o cualquier otra familiar, <strong>el</strong>las se cubrieron con cualquier pedazo de t<strong>el</strong>a<br />
disponible, hasta con cortinas que t<strong>en</strong>ían imág<strong>en</strong>es. Se cubrieron la cabeza de manera<br />
que, cuando vinieron a la oración detrás d<strong>el</strong> Profeta (B y P), pareció como si tuvieran<br />
cuervos as<strong>en</strong>tados sobre sus cabezas".[4] Así respondieron las mujeres crey<strong>en</strong>tes a lo<br />
que <strong>Al</strong>lah les ord<strong>en</strong>ó. Se apresuraron a implem<strong>en</strong>tar lo que El les ord<strong>en</strong>ó y abandonar lo<br />
que El les prohibió sin dudar, analizar o esperar. Ni siquiera esperaron uno o dos días<br />
para conseguirse alguna t<strong>el</strong>a apropiada y suave para costurarla y ponérs<strong>el</strong>a sobre su<br />
cabeza y busto, al contrario; cualquier tejido disponible, áspero, colorido, con<br />
imág<strong>en</strong>es, fue sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te suave y apropiado. Si no había una t<strong>el</strong>a disponible.<br />
<strong>Al</strong>gunas rasgaron sus vestidos y se ataron los retazos sobre la cabeza, sin im<strong>por</strong>tarles <strong>en</strong><br />
ese mom<strong>en</strong>to su apari<strong>en</strong>cia, la cual, según dijo La Madre de los crey<strong>en</strong>tes, parecía como<br />
si tuvies<strong>en</strong> cuervos posados <strong>en</strong> sus cabezas. <strong>Lo</strong> que queremos destacar aquí es que <strong>el</strong><br />
mero conocimi<strong>en</strong>to académico de lo <strong>lícito</strong> y lo i<strong>lícito</strong> y sus límites no es sufici<strong>en</strong>te.<br />
Aunque los pecados capitales y las principales obligaciones son <strong>por</strong> demás conocidas<br />
para la gran mayoría de los musulmanes, vemos a un gran número de <strong>el</strong>los cometi<strong>en</strong>do<br />
estos pecados y descuidando estas obligaciones, corri<strong>en</strong>do hacia <strong>el</strong> fuego con los ojos<br />
abiertos. Si <strong>el</strong> musulmán conoce bi<strong>en</strong> Su r<strong>el</strong>igión y su Ley (Sharía), y al mismo tiempo<br />
posee una conci<strong>en</strong>cia muy alerta que manti<strong>en</strong>e los límites que no deb<strong>en</strong> ser<br />
transgredidos, es pues rico <strong>en</strong> bi<strong>en</strong>av<strong>en</strong>turanza. El Profeta (B y P) t<strong>en</strong>ía mucha razón<br />
cuando dijo: "Cuando <strong>Al</strong>lah desea <strong>el</strong> bi<strong>en</strong> para una persona hace que su propia<br />
conci<strong>en</strong>cia la vigile"[5]Terminamos nuestro libro con la sigui<strong>en</strong>te plegaria que nos ha<br />
llegado de los primeros musulmanes: “¡Oh <strong>Al</strong>lah! Haznos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de lo que<br />
prohíbes a través de lo que nos permites, de desobedecerte <strong>por</strong> medio de la obedi<strong>en</strong>cia<br />
a Ti; y haznos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de otros fuera de ti <strong>por</strong> medio de Tu bondad. Todas las<br />
alabanzas sean para <strong>Al</strong>lah, Subhanahu va Ta'ala, Glorificado y Elevado sea, Qui<strong>en</strong> nos<br />
guió a esto. Si El no nos hubiese guiado no nos habríamos guiado.”<br />
178