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Lo lícito e ilícito en el Islam (por Dr. Yusuf Al-Qaradawy)

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<strong>Lo</strong> <strong>lícito</strong> e i<strong>lícito</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>Islam</strong> (<strong>por</strong> <strong>Dr</strong>. <strong>Yusuf</strong> <strong>Al</strong>-<strong>Qaradawy</strong>)<br />

M<strong>en</strong>sajero de Dios (B y P), a qui<strong>en</strong> la Palabra de Dios había desc<strong>en</strong>dido. Era visitado<br />

<strong>por</strong> Gabri<strong>el</strong> (Yibril), <strong>el</strong> Espíritu Fi<strong>el</strong>, que traía las rev<strong>el</strong>aciones de Dios y que guió a la<br />

g<strong>en</strong>te con la luz de estos m<strong>en</strong>sajes c<strong>el</strong>estiales.<br />

Cada uno de los sahabis amaba a este noble m<strong>en</strong>sajero (B y P) desde las profundidades<br />

de su alma; no deseaba nada más que estar <strong>en</strong> su compañía y no detestaba nada más que<br />

alejarse de él. Aún así, vemos que cada uno se ocupaba de su propio trabajo; uno<br />

viajaba <strong>por</strong> la tierra <strong>en</strong> una travesía de negocios; <strong>el</strong> otro trabajaba <strong>en</strong> su palmeral y<br />

granja; y otro estaba ocupado con sus artesanías. Qui<strong>en</strong> se perdía cualquier parte de la<br />

<strong>en</strong>señanza d<strong>el</strong> M<strong>en</strong>sajero (B y P) preguntaba a sus amigos sobre todo lo que podía.<br />

El Profeta (B y P) dijo a qui<strong>en</strong>es lo escuchaban que transmitieran sus instrucciones a los<br />

aus<strong>en</strong>tes. Entre sus compañeros, los Ansar (los "auxiliadores" de Medina) eran, <strong>en</strong> su<br />

mayoría agricultores y cultivadores de palmeras datileras, mi<strong>en</strong>tras que la mayoría de<br />

los inmigrantes de La Meca estaban ocupados d<strong>el</strong> comercio y los negocios.<br />

Aquí t<strong>en</strong>emos a Abdurrahmán bin `Auf, <strong>el</strong> inmigrante (muhayir), y Sa'd Ibn Ar Rabi', <strong>el</strong><br />

ansarí, que fueron hermanados <strong>en</strong> Dios <strong>por</strong> <strong>el</strong> Profeta (B y P) cuando los musulmanes<br />

de La Meca emigraron a Medina. Sa'd ofreció a Abdurrahmán la mitad de su propiedad,<br />

una de sus dos casas, y le pidió que escoja una de sus dos esposas para que él la<br />

divorcie. Este noble sacrificio fue rechazado <strong>por</strong> un agradecido Abdurrahmán con las<br />

sigui<strong>en</strong>tes palabras: "Que Dios te b<strong>en</strong>diga <strong>en</strong> tu fortuna y tu familia. No los necesito.<br />

Sólo dime qué mercado ti<strong>en</strong>e la mayor actividad comercial" Sa'd dijo: "Es <strong>el</strong> mercado<br />

de Bani Qainuqá"'. Abdurrahmán se dirigió a este mercado con un poco de queso y<br />

mantequilla y se pasó <strong>el</strong> día v<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do y comprando. Así continuó su actividad<br />

comercial hasta que se convirtió <strong>en</strong> uno de los musulmanes más ricos, dejando tras de sí<br />

una gran fortuna cuando murió.<br />

También está Abu Bakr As Siddiq que era comerciante. Incluso <strong>el</strong> día <strong>en</strong> que los<br />

musulmanes lo <strong>el</strong>igieron Califa <strong>el</strong> planeaba ir al mercado. También citamos a Omar, que<br />

dijo: "Ir al mercado me impidió oír los hadices d<strong>el</strong> M<strong>en</strong>sajero de Dios (B y P)."<br />

También Ozmán y muchos otros grandes estaban dedicados al negocio y al comercio.<br />

Clases vedadas de comercio<br />

El <strong>Islam</strong> no prohíbe ningún tipo de comercio excepto aqu<strong>el</strong>los que implican injusticia,<br />

<strong>en</strong>gaño, obt<strong>en</strong>ción de ganancias exorbitantes o la promoción de algo que es i<strong>lícito</strong><br />

(haram).<br />

Es i<strong>lícito</strong> negociar con bebidas alcohólicas, intoxicantes, drogas, cerdo, estatuas, ídolos<br />

y cualquier otra cosa de este tipo que <strong>el</strong> <strong>Islam</strong> haya prohibido usar o consumir.<br />

Cualquier ganancia de tal comercio es una ganancia pecaminosa y <strong>el</strong> fuego será <strong>el</strong><br />

destino de la carne que se alim<strong>en</strong>te con este tipo de ganancias. La honestidad y la<br />

confianza <strong>en</strong> tales negocios es meritoria, <strong>por</strong>que <strong>el</strong> <strong>Islam</strong> vino a combatir y destruir tales<br />

prácticas.<br />

Sin embargo, no hay objeción alguna contra <strong>el</strong> comercio de oro y seda, pues son<br />

permitidos para las mujeres, excepto que algo hecho exclusivam<strong>en</strong>te de estos materiales<br />

sea hecho solo para uso masculino.<br />

Aún si se comercia con cosas <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te permitidas, <strong>el</strong> comerciante deberá adherirse a<br />

muchas consideraciones morales para evitar <strong>en</strong>grosar las filas de los corruptos "En<br />

verdad, los corruptos estarán <strong>en</strong> <strong>el</strong> Infierno".<br />

"Pero ¡no! <strong>Lo</strong> que han cometido ha cubierto de herrumbre sus corazones" (83:14).<br />

Un día, cuando <strong>el</strong> Profeta (B y P) se dirigía hacia la mezquita, vio g<strong>en</strong>tes ocupadas de<br />

v<strong>en</strong>der. "¡Mercaderes!", les dijo. Cuando se voltearon hacia él, algunos estiraron su<br />

cu<strong>el</strong>lo para oír lo que decía. Finalm<strong>en</strong>te dijo: "<strong>Lo</strong>s comerciantes serán levantados <strong>el</strong> Día<br />

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