Lo lícito e ilícito en el Islam (por Dr. Yusuf Al-Qaradawy)
Lo lícito e ilícito en el Islam (por Dr. Yusuf Al-Qaradawy)
Lo lícito e ilícito en el Islam (por Dr. Yusuf Al-Qaradawy)
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Lo</strong> <strong>lícito</strong> e i<strong>lícito</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>Islam</strong> (<strong>por</strong> <strong>Dr</strong>. <strong>Yusuf</strong> <strong>Al</strong>-<strong>Qaradawy</strong>)<br />
El Profeta (B yP) describió a tales mujeres como vestidas, pero desnudas, <strong>por</strong>que su<br />
vestim<strong>en</strong>ta, si<strong>en</strong>do d<strong>el</strong>gada y transpar<strong>en</strong>te, no llega a cubrir <strong>el</strong> cuerpo, sino que fue<br />
hecha para rev<strong>el</strong>arlo. Tal es la vestim<strong>en</strong>ta de las mujeres de nuestros tiempos. El Profeta<br />
(B y P) comparó sus peinados con la joroba <strong>en</strong> un tipo especial de cam<strong>el</strong>los (<strong>el</strong> bajt) que<br />
ti<strong>en</strong>e grandes jorobas <strong>por</strong>que las mujeres su<strong>el</strong><strong>en</strong> arreglarse <strong>el</strong> cab<strong>el</strong>lo <strong>en</strong> la forma de un<br />
moño que parte d<strong>el</strong> c<strong>en</strong>tro de su cabeza. Es como si <strong>el</strong> Profeta (B y P) hubiese visto a<br />
través de los siglos nuestra época, donde los peinados fem<strong>en</strong>inos <strong>en</strong> sus difer<strong>en</strong>tes<br />
estilos son una profesión dominada <strong>por</strong> los hombres que cobran <strong>el</strong>evados precios <strong>por</strong><br />
sus trabajos. Y eso no es todo, muchas mujeres, insatisfechas con lo que Dios les dotó<br />
de cab<strong>el</strong>los naturales, compran p<strong>el</strong>ucas hechas de p<strong>el</strong>o artificial para aum<strong>en</strong>tar <strong>el</strong> suyo, a<br />
fin de increm<strong>en</strong>tar su volum<strong>en</strong>, su b<strong>el</strong>leza y su brillo; pi<strong>en</strong>san que esto las hace más<br />
b<strong>el</strong>las y más atractivas sexualm<strong>en</strong>te.<br />
<strong>Lo</strong> sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de este hadiz es la conexión <strong>en</strong>tre la opresión política y <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ajami<strong>en</strong>to<br />
moral. Esta conexión es justificada <strong>por</strong> los hechos. <strong>Lo</strong>s gobernantes usan estos medios<br />
para mant<strong>en</strong>er a la g<strong>en</strong>te preocupada <strong>por</strong> su apari<strong>en</strong>cia y deseos personales para que no<br />
t<strong>en</strong>gan tiempo de p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> los asuntos públicos.<br />
<strong>Al</strong> respecto de las mujeres que imitan a los hombres y viceversa<br />
El Profeta (B y P) declaró que una mujer no debe usar ropas de hombre y que un<br />
hombre no debe usar ropas de mujer. Maldijo a los hombres que imitan a las mujeres y<br />
a las mujeres que imitan a los hombres [77]. <strong>Lo</strong>s aspectos de dicha imitación incluy<strong>en</strong> la<br />
manera de hablar, de caminar, de vestir, los movimi<strong>en</strong>tos y otros.<br />
<strong>Lo</strong> maléfico de tal conducta, que afecta la vida d<strong>el</strong> individuo y de la sociedad, es que<br />
constituye una reb<strong>el</strong>ión contra <strong>el</strong> ord<strong>en</strong> natural de las cosas. De acuerdo al ord<strong>en</strong> natural<br />
de las cosas, hay hombres y hay mujeres; y cada uno de estos dos sexos ti<strong>en</strong>e sus<br />
propias características. Pero, si los hombres se hac<strong>en</strong> afeminados y las mujeres se<br />
masculinizan, este ord<strong>en</strong> natural se revertirá y se desintegrará.<br />
Entre los maldecidos <strong>por</strong> Dios y sus áng<strong>el</strong>es <strong>en</strong> esta vida y la otra, <strong>el</strong> Profeta (B y P)<br />
m<strong>en</strong>cionó al hombre que Dios hizo masculino y que luego se hace afeminado imitando<br />
a las mujeres. Luego está la mujer, a qui<strong>en</strong> Dios hizo fem<strong>en</strong>ina, que se masculiniza<br />
imitando a los hombres [78].<br />
Por esta razón <strong>el</strong> Profeta (B y P) prohibió que los hombres us<strong>en</strong> t<strong>el</strong>as decoradas con<br />
motivos grandes, chillones y llamativos. Muslim citó <strong>en</strong> su "Sahih" a <strong>Al</strong>í dici<strong>en</strong>do: "El<br />
M<strong>en</strong>sajero de Dios (B y P) me prohibió usar anillos de oro, ropas de seda y ropas con<br />
diseños muy llamativos".<br />
Muslim también cita un hadiz de Ibn Omar, que dice: "El M<strong>en</strong>sajero de Dios (B y P) me<br />
vio visti<strong>en</strong>do dos pr<strong>en</strong>das con diseños llamativos; me dijo: `Esto es lo que usan los<br />
incrédulos. No vistas tales ropas"'.<br />
Vestirse con fines de ost<strong>en</strong>tación y vanidad<br />
La regla g<strong>en</strong>eral para <strong>el</strong> goce de las cosas bu<strong>en</strong>as de la vida, como la comida, la bebida<br />
y la vestim<strong>en</strong>ta, es que deb<strong>en</strong> ser usadas sin extravagancias o vanidad.<br />
La extravagancia consiste <strong>en</strong> exceder los límites de lo que es b<strong>en</strong>éfico <strong>en</strong> <strong>el</strong> uso de lo<br />
permitido; mi<strong>en</strong>tras que la vanidad es algo r<strong>el</strong>acionado a la int<strong>en</strong>ción y al corazón más<br />
que a lo físico y material. La vanidad es la int<strong>en</strong>ción de verse superior y <strong>por</strong> <strong>en</strong>cima de<br />
los demás: "Para que no desesperéis sino conseguís algo y para que no os regocijéis si<br />
lo conseguís. Dios no ama a nadie que sea presumido, jactancioso" (57:23).<br />
El profeta (B y P) dijo: "El día de la Resurrección, Dios no mirará a aqu<strong>el</strong>la persona<br />
que arrastra su túnica tras de sí <strong>por</strong> vanidad" [79].<br />
41