17.08.2020 Views

Diccionario de Símbolos - Juan Eduardo Cirlot

Desde los egipcios, la simbología ha sido la gran ciencia de la antigüedad. En Oriente ha perdurado sin interrupción hasta ya entrado el siglo XX y en Occidente inspiró todo el arte medieval y, en gran medida, el renacentista y barroco, hasta que el descubrimiento del «Inconsciente» volvió a recuperar los símbolos en ámbitos y maneras muy distintos. Este Diccionario de símbolos es la versión última y definitiva de la obra en prosa más importante del poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot. Publicado por primera vez en 1958 con el título Diccionario de símbolos tradicionales, fue traducido al inglés en 1962. Cirlot continuó elaborando nuevas voces y artículos que introdujo en la segunda edición castellana de 1969 y en la segunda edición inglesa y americana de 1971. En esta edición se han incluido nuevas voces, hasta el momento sólo publicadas en inglés, así como el artículo «Simbolismo fonético», último ámbito del estudio simbológico de Cirlot, recuperado de su publicación en prensa. En el epílogo, Victoria Cirlot sitúa en la vida de su padre la construcción de esta obra siempre en expansión y la relaciona con la poesía y la crítica de arte. También muestra el interés de Cirlot por la simbología a partir de los años cincuenta, cuando conoce en Barcelona al musicólogo y antropólogo Marius Schneider, aportando documentos inéditos, como por ejemplo la carta a André Breton en la que se relata el sueño aludido en la voz «Cicatrices».

Desde los egipcios, la simbología ha sido la gran ciencia de la antigüedad. En Oriente ha perdurado sin interrupción hasta ya entrado el siglo XX y en Occidente inspiró todo el arte medieval y, en gran medida, el renacentista y barroco, hasta que el descubrimiento del «Inconsciente» volvió a recuperar los símbolos en ámbitos y maneras muy distintos. Este Diccionario de símbolos es la versión última y definitiva de la obra en prosa más importante del poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot. Publicado por primera vez en 1958 con el título Diccionario de símbolos tradicionales, fue traducido al inglés en 1962. Cirlot continuó elaborando nuevas voces y artículos que introdujo en la segunda edición castellana de 1969 y en la segunda edición inglesa y americana de 1971. En esta edición se han incluido nuevas voces, hasta el momento sólo publicadas en inglés, así como el artículo «Simbolismo fonético», último ámbito del estudio simbológico de Cirlot, recuperado de su publicación en prensa. En el epílogo, Victoria Cirlot sitúa en la vida de su padre la construcción de esta obra siempre en expansión y la relaciona con la poesía y la crítica de arte. También muestra el interés de Cirlot por la simbología a partir de los años cincuenta, cuando conoce en Barcelona al musicólogo y antropólogo Marius Schneider, aportando documentos inéditos, como por ejemplo la carta a André Breton en la que se relata el sueño aludido en la voz «Cicatrices».

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Rebaño

Símbolo tradicional de las fuerzas cósmicas, que expresa un estadio

no caótico pero tam poco enteram ente disciplinado, siendo éste simbolizado

por el haz. El rebaño tiene una correspondencia analógica con las constelaciones

y grupos estelares, siendo la luna el pastor; así aparecen en algunas

mitologías. De otro lado, el rebaño, como situación de multiplicidad,

posee signo negativo (40) e indica desm em bram iento de una fuerza o intención.

Recinto

Todas las imágenes que presentan un recinto, espacio cercado, jardín

vallado, ciudad, plaza, castillo, patio, corresponden a la idea del temenos,

espacio sagrado y lim itado, guardado y defendido por constituir una unidad

espiritual. Pueden sim bolizar la vida individual, especialmente la vida interior

del pensam iento (32). Así como la form ación en círculo o cuadrado es

espontánea en un ejército cercado o en condiciones de gran inferioridad,

todo recinto expresa la necesidad de protección y autolim itación. Las danzas

circulares, como la ronda del árbol de mayo en Baviera o la sardana de Cataluña,

los círculos culturales de piedras o cróm lechs; los emblemas de

cercados o personajes que form an círculo, constituyen m andalas y simbolizan

todos ellos la misma realidad, que Adama van Scheltema relaciona

tam bién con la idea de la m adre, en «Le centre féminin sacré» (Documents, 7,

París, 1930). Véase Triple recinto. La ciudad m urada es tam bién una im a­

gen del «centro espiritual». Así parece haberla representado Domenico di

Michelino en su imagen sobre Dante, y así aparece como la «Jerusalén celeste»

con frecuencia en la Edad Media.

Rectángulo

Es la más racional, segura y regular de todas las form as geom étricas;

esto se explica em píricam ente por el hecho de que, en todos los tiem pos y

lugares, es la form a preferida por el hom bre y la que él da a todos los

espacios y objetos preparados para la vida. La casa, habitación, mesa, lecho

pueblan de rectángulos el am biente humano. El cuadrado implica una dominación

tensa e inspirada por un anhelo abstracto de poder, m ientras el

círculo escapa al sentido terreno por su simbolismo celeste. Las form as menos

regulares que el rectángulo, como el trapecio o el trapezoide, son formas

anormales, dolorosas, y simbolizan el sufrim iento y la irregularidad interior

(42).

La red es la form a extrem a de la lacería y del ligamento, por ello está

íntim am ente asociada a los símbolos del envolvimiento y la devoración. Es

el arm a de los dioses uránicos, como Varuna (18), y de los que pescan en el

océano del inconsciente. Ea, divinidad de las aguas y de la sabiduría, no

lucha frente a frente con los m onstruos prim ordiales, sino que los ata. El

arm a de Marduk en su com bate con Tiam at es tam bién la red, símbolo de

soberanía mágica (17). La conexión cielo-red puede quedar explicada por

el siguiente pasaje del Tao-te-king : «La red del cielo (estrellas, constelaciones)

es de malla amplia, pero no pierde nada» (58). Este sim bolism o expresa en

su máxima agudeza la idea de que no es posible salir por propia voluntad

(ni, naturalm ente, por el suicidio) del universo.

Red

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!