17.08.2020 Views

Diccionario de Símbolos - Juan Eduardo Cirlot

Desde los egipcios, la simbología ha sido la gran ciencia de la antigüedad. En Oriente ha perdurado sin interrupción hasta ya entrado el siglo XX y en Occidente inspiró todo el arte medieval y, en gran medida, el renacentista y barroco, hasta que el descubrimiento del «Inconsciente» volvió a recuperar los símbolos en ámbitos y maneras muy distintos. Este Diccionario de símbolos es la versión última y definitiva de la obra en prosa más importante del poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot. Publicado por primera vez en 1958 con el título Diccionario de símbolos tradicionales, fue traducido al inglés en 1962. Cirlot continuó elaborando nuevas voces y artículos que introdujo en la segunda edición castellana de 1969 y en la segunda edición inglesa y americana de 1971. En esta edición se han incluido nuevas voces, hasta el momento sólo publicadas en inglés, así como el artículo «Simbolismo fonético», último ámbito del estudio simbológico de Cirlot, recuperado de su publicación en prensa. En el epílogo, Victoria Cirlot sitúa en la vida de su padre la construcción de esta obra siempre en expansión y la relaciona con la poesía y la crítica de arte. También muestra el interés de Cirlot por la simbología a partir de los años cincuenta, cuando conoce en Barcelona al musicólogo y antropólogo Marius Schneider, aportando documentos inéditos, como por ejemplo la carta a André Breton en la que se relata el sueño aludido en la voz «Cicatrices».

Desde los egipcios, la simbología ha sido la gran ciencia de la antigüedad. En Oriente ha perdurado sin interrupción hasta ya entrado el siglo XX y en Occidente inspiró todo el arte medieval y, en gran medida, el renacentista y barroco, hasta que el descubrimiento del «Inconsciente» volvió a recuperar los símbolos en ámbitos y maneras muy distintos. Este Diccionario de símbolos es la versión última y definitiva de la obra en prosa más importante del poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot. Publicado por primera vez en 1958 con el título Diccionario de símbolos tradicionales, fue traducido al inglés en 1962. Cirlot continuó elaborando nuevas voces y artículos que introdujo en la segunda edición castellana de 1969 y en la segunda edición inglesa y americana de 1971. En esta edición se han incluido nuevas voces, hasta el momento sólo publicadas en inglés, así como el artículo «Simbolismo fonético», último ámbito del estudio simbológico de Cirlot, recuperado de su publicación en prensa. En el epílogo, Victoria Cirlot sitúa en la vida de su padre la construcción de esta obra siempre en expansión y la relaciona con la poesía y la crítica de arte. También muestra el interés de Cirlot por la simbología a partir de los años cincuenta, cuando conoce en Barcelona al musicólogo y antropólogo Marius Schneider, aportando documentos inéditos, como por ejemplo la carta a André Breton en la que se relata el sueño aludido en la voz «Cicatrices».

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Arca 81

bolo: el helicoidal o espiral. El árbol como eje del m undo es rodeado por

el conjunto de ciclos de la m anifestación universal. Este sentido puede atribuirse

a la serpiente que aparece, junto al árbol donde está suspendido el

vellocino de oro, en la leyenda de Jasón (25). Podríam os citar indefinidamente

ejemplos de estas asociaciones de símbolos, con sentido psicológico a resaltar.

Otra sinestesia sim bólica es la célebre del «árbol que canta», que aparece

continuam ente en cuentos folklóricos. En la Passio S. Perpetuae X I (Cambridge,

1891) se lee que san Saturio, el com pañero de m artirio de santa Perpetua,

soñó, la víspera de su m artirio, «que, despojado de su carne m ortal,

era transportado p or cuatro ángeles a la región de Oriente. Siguiendo una

dulce pendiente llegaron a un sitio adm irablem ente ilum inado: era el paraíso

que se hizo ante nosotros, añade, un espacio que era como un jardín, con

árboles que tenían rosas y todo género de flores; su altura era como la de

los cipreses y cantaban sin cesar» (46). La estaca de sacrificio, el arpalira,

el barco funerario y el tam bor son símbolos derivados del árbol, como

cam ino del m undo u ltraterrestre (50). Gershom G. Sholem, en Les origines

de la Kabbale (París, 1966), habla del simbolismo del árbol en conexión con

estructuras jerarquizadas verticales (como el m ismo «árbol sefirótico» de

la Cábala, tem a que no podemos desarrollar aquí) y se pregunta si el

«árbol de Porfirio», sím bolo difundido en la Edad Media, era del m ismo

género. En todo caso, recuerda el Arbor elementalis de Ramón Llull (1295),

cuyo tronco simboliza la sustancia prim ordial de la creación, o hylé, y cuyas

ram as y hojas representan sus nueve accidentes. La cifra de diez es la m isma

que en el caso de los Sefirot, o «suma de todo lo real que puede determ

inarse por números».

Arboles y flores

En China simbolizan en común longevidad y fertilidad. Gozan de especial

predicam ento el bam bú, el ciruelo y el pino, llam ados «los tres amigos»

porque se conservan verdes durante el invierno. Frecuentem ente se les pinta

juntos (2).

Arca

Simboliza, tanto en la naturaleza m aterial com o en la espiritual, ese poder

que hace que nada se pierda y todo pueda renacer (40). En un sentido

biológico puede considerarse como símbolo de la m atriz (9) o del corazón (14),

pues la relación entre ambos centros es obvia. Respecto al arca de Noé, su

simbolismo fue insistentem ente abordado desde san Ambrosio, De Noe et arca,

por Hugues de Saint-Victor, en De arca Noe morali y De arca mystica. La

idea sustancial de dicho significado simbólico consiste en creer que las

esencias de la vida física y espiritual pueden retirarse a un germen m ínim o

y perm anecer allí encerradas hasta que las condiciones de un nuevo nacim

iento posibilitan la existencia exteriorizada (14). Guénon ha descubierto

sutiles analogías de gran interés en el sim bolism o del arca, al señalar la relación

existente entre la m ism a y el arco iris. El arca, durante el pralaya

cósmico, vacila sobre las aguas del océano inferior; el arco iris, en las «aguas

superiores», es signo del restablecim iento del orden preservado abajo por

el arca; am bas figuras son inversas y com plem entarias, juntas dan lugar a

la form a circular de la totalidad. Sus dos m itades corresponden así al viejo

símbolo del «huevo del mundo» (28). Desde el punto de vista de su sim bolización

del corazón (o del cerebro y el pensamiento), el arca es un tem a

análogo al del vaso, tan frecuente en la m ística medieval.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!