17.08.2020 Views

Diccionario de Símbolos - Juan Eduardo Cirlot

Desde los egipcios, la simbología ha sido la gran ciencia de la antigüedad. En Oriente ha perdurado sin interrupción hasta ya entrado el siglo XX y en Occidente inspiró todo el arte medieval y, en gran medida, el renacentista y barroco, hasta que el descubrimiento del «Inconsciente» volvió a recuperar los símbolos en ámbitos y maneras muy distintos. Este Diccionario de símbolos es la versión última y definitiva de la obra en prosa más importante del poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot. Publicado por primera vez en 1958 con el título Diccionario de símbolos tradicionales, fue traducido al inglés en 1962. Cirlot continuó elaborando nuevas voces y artículos que introdujo en la segunda edición castellana de 1969 y en la segunda edición inglesa y americana de 1971. En esta edición se han incluido nuevas voces, hasta el momento sólo publicadas en inglés, así como el artículo «Simbolismo fonético», último ámbito del estudio simbológico de Cirlot, recuperado de su publicación en prensa. En el epílogo, Victoria Cirlot sitúa en la vida de su padre la construcción de esta obra siempre en expansión y la relaciona con la poesía y la crítica de arte. También muestra el interés de Cirlot por la simbología a partir de los años cincuenta, cuando conoce en Barcelona al musicólogo y antropólogo Marius Schneider, aportando documentos inéditos, como por ejemplo la carta a André Breton en la que se relata el sueño aludido en la voz «Cicatrices».

Desde los egipcios, la simbología ha sido la gran ciencia de la antigüedad. En Oriente ha perdurado sin interrupción hasta ya entrado el siglo XX y en Occidente inspiró todo el arte medieval y, en gran medida, el renacentista y barroco, hasta que el descubrimiento del «Inconsciente» volvió a recuperar los símbolos en ámbitos y maneras muy distintos. Este Diccionario de símbolos es la versión última y definitiva de la obra en prosa más importante del poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot. Publicado por primera vez en 1958 con el título Diccionario de símbolos tradicionales, fue traducido al inglés en 1962. Cirlot continuó elaborando nuevas voces y artículos que introdujo en la segunda edición castellana de 1969 y en la segunda edición inglesa y americana de 1971. En esta edición se han incluido nuevas voces, hasta el momento sólo publicadas en inglés, así como el artículo «Simbolismo fonético», último ámbito del estudio simbológico de Cirlot, recuperado de su publicación en prensa. En el epílogo, Victoria Cirlot sitúa en la vida de su padre la construcción de esta obra siempre en expansión y la relaciona con la poesía y la crítica de arte. También muestra el interés de Cirlot por la simbología a partir de los años cincuenta, cuando conoce en Barcelona al musicólogo y antropólogo Marius Schneider, aportando documentos inéditos, como por ejemplo la carta a André Breton en la que se relata el sueño aludido en la voz «Cicatrices».

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Templo 431

Templanza, La

Arcano decim ocuarto del Tarot. M uestra la imagen de un ser alado, con

túnica roja y m anto azul verde por dentro, el cual vierte el agua de una vasija

de plata en otra de oro. De por sí, ya el personaje herm afrodítico o ginandro,

es favorable, puesto que expresa la coniunclio oppositorum. Su acción

expresa la transform ación que experim enta el agua (aquí se refiere

al agua del «océano superior» o fluido vital), al pasar del orden lunar (plata) al

solar (oro), es decir, del m undo de las form as cam biantes y del sentim iento,

al de las form as fijas y de la razón. La virtud de la tem planza se expresa,

pues, como el resultado de una constante labor de m etam orfosis espiritual,

por la cual el excedente pasional es sublimado en potencial psíquico y creador.

El genio que personifica la virtud es alado para ratificar el sentido de su

acción y, astrológicam ente, corresponde a Acuario, el cual puede relacionarse

con Indra, señor de la purificación en la doctrina hindú. El genio de la tem ­

planza lleva en la frente el em blem a del Sol, es decir, un círculo con un punto

central. Esta alegoría significa discernim iento. En sentido positivo, el arcano

se asocia a las ideas de vida universal, m ovimiento incesante de circulación

a través de las form aciones, regeneración, purificación (59).

Templo

Este térm ino deriva de la raíz tem (dividir). Los adivinos etruscos repartían

el cielo m ediante dos líneas rectas que se cortaban en ángulo sobre

su cabeza, proyección de la idea de centro el punto de intersección y de las

dos direcciones del plano las líneas, llam adas cardo, la que va de norte a

sur, y decumanus la de este a oeste. Los fenómenos que ocurrían en el espacio

eran interpretados según su situación en .ese orden. Luego, el templo

terrestre es una imagen del tem plo celeste y las prim eras ideas que dominan

en su construcción son la de orden y orientación (7). Las estructuras arquitectónicas

poseen significados simbólicos generales; las del tem plo los concretan

y sobredeterm inan. En general, prevalece el sentido de centro místico, identificado

a la cima de la m ontaña (foco del cruce de los dos m undos: cielo y

tierra) representada por el altar. El Templo de Salomón, según Filón y Flavio

Josefo, figuraba el cosmos y su interior se hallaba dispuesto con arreglo

a esa significación: el alta r de los perfum es significaba la acción de gracias;

el candelabro de los siete brazos, los siete cielos planetarios; la mesa, el orden

terrestre. Sobre ésta, los doc£ panes correspondían a los doce meses del

año. El arca de la alianza simboliza los inteligibles (14). Arquitectos rom á­

nicos, góticos y renacentistas trataro n a su modo de repetir ese arquetipo superior.

E ntre 1596 y 1604, por ejemplo, se publicaron en Roma varios volúmenes

con una hipotética reconstrucción del tem plo de Salomón, basada

en los textos sagrados; las imágenes de esa obra influyeron hondam ente en

los arquitectos de la’ época. Otro de los sentidos dom inantes en el templo

es su refundición de los diversos símbolos del eje del mundo, como la montaña

hueca, la escalera y la ya mencionada cum bre de los sacrificios. En

ciertas culturas astrobiológicas el tem plo o el altar se erigen realm ente sobre

una m ontaña artificial, así como los teocallis de México. Un avance ideológico

sobre este aspecto puede verse en la transposición a la estructura arquitectónica

de algunos elem entos esenciales de la configuración interna del universo,

especialmente ligada a los núm eros tres, siete, diez y doce. El siete es

fundam ental en las figuraciones planetarias y en el simbolismo derivado. Por

ello los templos-montaña m esopotám icos o zigurats se construían a modo

de pirám ide escalonada de siete terrazas. Cada uno de esos pisos estaba

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!