Medicina intensiva. Nutricion del paciente critico
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172 Medicina intensiva. Nutrición del paciente crítico
de prevalencia en el año 2015 para este país de 62 % del sexo femenino y 48 %
del sexo masculino que estarán sobrepeso u obesos.
Los estudios que analizan la asociación entre la obesidad, en los pacientes
críticos, y la mortalidad muestran resultados dispares; algunos autores encuentran
un aumento de la mortalidad, otros una ausencia de relación con la mortalidad,
y para otros se estima incluso una disminución de la mortalidad.
No hay unanimidad en los resultados de los estudios realizados y, aunque en
algunos existe asociación entre obesidad y mortalidad, en otros no se encuentra
dicha asociación y en alguno la obesidad es un factor protector; aunque la
evidencia apunta a favor de una mayor mortalidad de los pacientes críticos
obesos. Parece necesario un análisis más profundo de la relación entre la obesidad
y la mortalidad, realizando trabajos que además de evaluar esta relación
analicen si existe heterogeneidad en la relación entre obesidad y mortalidad,
estudiando si existen grupos de pacientes en los que la obesidad no se acompañe
de mayor mortalidad o incluso si es un factor de protección como sugieren
algunos autores.
Evidentemente esta es una situación que complica a los pacientes ingresados
en salas de cuidados críticos, genera una atención diferenciada, que aumenta
la morbimortalidad y los costos hospitalarios durante su estancia en UCI.
Fisiopatología
Debido a que los pacientes obesos ya tienen un consumo adecuado (o excesivo)
de calorías, esto puede conducir a períodos prolongados de ingesta nutritiva
inadecuada y a una depleción proteínica significativa, sobre todo porque la
respuesta a la enfermedad es diferente en pacientes obsesos y no obesos.
Normalmente, la respuesta a la enfermedad se manifiesta por una adaptación
rápida a las grasas como fuente de energía. Los pacientes obesos obtienen una
mayor proporción de la energía procedente de los carbohidratos y proteínas. El
gasto energético es mayor en los pacientes obesos, lo que se atribuye en parte
a un incremento de la masa corporal magra, también denominada tejido metabólicamente
activo.
Las personas obesas presentan insulinorresistencia con incremento compensador,
en las fases iniciales, de la secreción de insulina. La hiperinsulinemia
se debe también a una disminución de la sensibilidad y captación hepática
de la hormona debido a un aumento en el flujo portal de ácidos grasos libres.
La resistencia insulínica en la obesidad se produce por un doble mecanismo:
disminución del número de receptores para la insulina y defectos específicos a
nivel posreceptor.