Medicina intensiva. Nutricion del paciente critico
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70 Medicina intensiva. Nutrición del paciente crítico
los trastornos gastrointestinales, como diarreas y vómitos; la ictericia, los trastornos
neurológicos, como la irritabilidad, el insomnio, las convulsiones o el coma;
la deshidratación, las arritmias rápidas, la hipertensión sistólica y la insuficiencia
cardíaca, que ponen en peligro la vida del enfermo. Existe, además, la escala de
Burch y Wartorfki, en la que cada signo o síntoma recibe una puntuación obviando
los criterios de laboratorio, la cual es aceptada por la comunidad médica.
Los hallazgos de laboratorio que confirman el diagnóstico son:
– Niveles de T4 libre elevados.
– Niveles de TSH muy bajos o indetectables (menor que 0,001 mU/L).
Tratamiento general
– Profiláctico. La prevención se basa en el estricto control de hipertiroidismo
en aquellos pacientes en riesgo de desarrollarla.
– Pilares del tratamiento medicamentoso:
• Inhibición de síntesis de hormonas tiroideas.
• Bloquear la liberación de las hormonas tiroideas.
• Inhibición de la conversión periférica de T4 a T3.
• Bloqueo de la actividad beta adrenérgica.
• Tratamiento de glucocorticoides.
• Terapia de eliminación de la hormona tiroidea circulante.
• Tratamiento de apoyo.
• Tratamiento definitivo.
Tratamiento nutricional y metabólico
En la tormenta tiroidea existe un estado hipercatabólico generalizado por un
aumento exagerado del metabolismo basal que lleva al consumo de los sustratos
energéticos produciendo emaciación y pérdida de la proteína estructural, tanto
muscular como visceral, con la consiguiente pérdida de peso del paciente.
El estado de hipertermia, como traducción de estos fenómenos, que se observa
en estos enfermos, lleva a la necesidad de prescribirles grandes cantidades
de líquidos para compensar la pérdida exagerada de agua. Se recomienda
alrededor de 5 L al día, controlando el estado de hipervolemia, que podría llevar
a la insuficiencia cardiaca descompensada, que en la mayoría de los casos se
presenta de forma subclínica. Es recomendable adicionar un adecuado aporte
de electrólitos, vitaminas y oligoelementos.
Es importante, para un adecuado aporte alimentario, la valoración nutricional,
siendo de gran valor conocer el tiempo de evolución de la enfermedad, pues los
pacientes más emaciados, son, por lo general, quienes por más tiempo han sido
diagnosticados como hipertiroideos.