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Medicina intensiva. Nutricion del paciente critico

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Situaciones especiales 203

el caso de la eritromicina y la reducción de la fermentación de los carbohidratos

de la dieta lo que produce una pérdida osmótica de agua. Por fortuna, la mayor

parte de las veces tiene poca repercusión y los estudios de heces fecales son

casi siempre negativos, las pérdidas electrolíticas son escasas y los síntomas

desaparecen con la suspensión del medicamento.

Solo cuando ocurre el hallazgo de Clostridium difficile se requiere de una

terapéutica específica. La colitis seudomembranosa, asociada al Clostridium

difficile, es responsable de 15 a 20 % de las diarreas asociadas al uso de antibióticos

en las unidades de cuidados intensivos.

El Clostridium difficile es un bacilo gramnegativo anaeróbico productor de

toxinas capaces de desencadenar respuesta inflamatoria sistémica, necrosis

de la mucosa intestinal, dilatación del colon y hasta perforaciones. Cuando se

rompe el equilibrio de la flora bacteriana y se produce el sobrecrecimiento de

esta bacteria ocurre la colitis asociada a este germen (colitis seudomembranosa).

Los pacientes típicamente cursan con fiebre y diarrea, con el antecedente de

haber recibido tratamiento con antibióticos en las tres semanas precedentes.

La infección puede presentarse en un solo paciente o diseminarse por toda la

unidad, sobre todo en los pacientes inmunocomprometidos, que se encuentran

frecuentemente expuestos a varios medicamentos en particular antibióticos

(ampicilina, clindamicina, cefalosporinas de amplio espectro fundamentalmente,

pero también los puede desencadenar el metronidazol y la vancomicina, empleados

para su tratamiento). Otros factores de riesgo son la edad mayor de 60

a 65 años, el sexo femenino, tratamiento previo con inhibidores de la bomba de

protones, aquellos con enfermedades renales, pulmonares o malignas subyacentes

y albúmina sérica por debajo de 25 g/L.

El Clostridium difficile produce múltiples toxinas que inducen cambios en

las funciones del ribete en cepillo, en el transporte de líquidos del intestino y en

la peristalsis gastrointestinal. La diarrea producida por este bacilo es una verdadera

emergencia por lo que resulta importante hacer un rápido diagnóstico y

tratamiento para evitar complicaciones graves como el megacolon tóxico o

perforaciones que requieran cirugía urgente, y que se presentan hasta en 20 %

de los casos. El diagnóstico se realiza mediante la detección de Clostridium

difficile y de sus toxinas en las heces.

Otros medicamentos comúnmente usados en cuidados intensivos pueden

ser responsables de la presentación de diarrea. La lista es extensa y puede ser

encontrada en cualquier libro de consulta. Entre los más invocados se encuentran

la cimetidina, los antiácidos que contienen magnesio, suplementos de potasio,

la digoxina, beta bloqueadores y los inhibidores de la enzima convertidora de la

angiotensina. También los inhibidores de la bomba de protones sobre todo cuando

son empleados a dosis elevadas pueden producir diarrea. En estos casos, el

mecanismo involucrado es la hipergastrinemia y la inhibición de las bombas

protónicas de la mucosa intestinal.

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