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Medicina intensiva. Nutricion del paciente critico

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210 Medicina intensiva. Nutrición del paciente crítico

Cuando se diagnostica una colitis seudomembranosa se debe suspender el

agente causal. Esta medida puede ser suficiente en algunos pacientes. En casos

moderados, se puede continuar con el antibiótico o cambiarlo por un antibiótico

con menor incidencia de complicación.

La droga de primera línea para los casos graves es la vancomicina. Es eficaz

por vía enteral en 95 % de los casos y alcanza altas concentraciones intestinales

sin absorberse a la circulación general. Debe administrarse por 7-14 días, en

dosis de 500 mg cada 6 h.

En los pacientes que no resuelven puede usarse el metronidazol como alternativa

terapéutica, así como en aquellos en los que se producen recidivas o

están muy graves. El metronidazol (con o sin bacitracina) hasta hace muy poco

era considerado como medicamento de elección debido a su efectividad comparable

a la de la vancomicina, su bajo costo y la baja incidencia de colonización

por enterococos resistentes a la vancomicina y estafilococos. En estos momentos

el metronidazol se reserva para la enfermedad ligera o moderada. Tiene

la misma eficacia endovenosa que cuando se usa por vía enteral. Debe administrarse

durante 7-14 días.

La cirugía está indicada si el paciente desarrolla signos peritoneales, bacteriemia

que no responde a antibióticos, fiebre progresiva, o evidencia radiológica

de inflamación pericolónica, con incremento del edema de la pared. El procedimiento

recomendado es la colectomía subtotal con hemicolectomía, con posible

anastomosis ileorectal después que la inflamación ha cedido.

Los pacientes responden generalmente con disminución de la diarrea, dolor

abdominal y de la leucocitosis, así como caída de la fiebre. Las recaídas ocurren

hasta en 24 % de los casos. Pueden ser útiles como terapéutica adyuvante las

resinas de intercambio catiónico, como la colestiramina y el colestipol, en los

casos ligeros y en las recaídas. No deben emplearse los medicamentos que

disminuyen la motilidad intestinal, ya que alargan el curso de la enfermedad y

son un factor de riesgo para el desarrollo de colitis grave.

Cuando existe íleo o megacolon tóxico, en el curso de infecciones graves o

fulminantes, la vancomicina administrada por vía oral no resulta de utilidad. En

estos casos se recomienda la administración de metronidazol endovenoso a

dosis de 500 mg cada 6 h, asociado de ser posible a la vancomicina por vía

rectal o por sonda nasogástrica (500 mg cada 6 h).

La rifaximina, en dosis de 400 a 800 mg/día, en dos o tres dosis, puede ser

útil para el tratamiento de la infección recurrente, una vez controlada la infección

activa con vancomicina.

Otras medidas incluyen la inmunoterapia con Ig y las vacunas con toxoides

A y B inactivados, pero hasta el momento no han dado evidencias de alta

calidad que recomienden su uso rutinario en estos enfermos. Están en proceso

de evaluación algunos nuevos antibióticos como la nitoxanida, la ramoplanina y

la difimicina.

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