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Medicina intensiva. Nutricion del paciente critico

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180 Medicina intensiva. Nutrición del paciente crítico

Tratamiento nutricional

El comienzo de la NE no debe ser protocolizado como un procedimiento de

urgencia aunque esta no debe posponerse durante mucho tiempo ya que es

preferible evitar la desnutrición que revertirla una vez que ya esté instalada.

Por tanto es aconsejable la utilización de la NE precoz desde las primeras

horas de haber sido ingresado el paciente crítico a la unidad de cuidados intensivos

aun cuando no sea posible cubrir todos los requerimientos nutricionales

por esta vía.

En el caso del paciente con inestabilidad hemodinámica se recomienda:

– Retardar el inicio de la NE hasta que el paciente haya sido resucitado, ya sea

con volumen, con drogas o dispositivos de asistencia circulatoria mecánica

en dependencia del tipo de shock, y recupere un adecuado gasto cardíaco y

presión de perfusión (TAM mayor que 65 mm Hg para el shock hipovolémico

o cardiogénico, y mayor que 85 mm Hg para el séptico). Este objetivo debe

ser alcanzado dentro de las primeras tres horas de hospitalización.

– La utilización de drogas vasoactivas no constituye en sí misma una contraindicación

absoluta si se logra mantener una condición hemodinámica satisfactoria

que permita una buena perfusión tisular. Evitar siempre que sea

posible la utilización de drogas con efecto vasoconstrictor a nivel esplácnico

(Tabla 31.2).

– Una vez que el paciente cumpla estos criterios se debe iniciar la NE con ritmos

de infusión bajos (20 mL/h) aunque el paciente requiera continuar con soporte

inotrópico o vasopresor. Luego avanzar lentamente cada 12 a 24 h dependiendo

de la tolerancia del paciente hasta alcanzar un ritmo de infusión máximo

de 80 mL/h. Para ello se utilizan las bombas de infusión, que permiten la

infusión continua de los nutrientes y que brindan seguridad al procedimiento.

– Al momento de comenzar la nutrición, se debe aportar un tercio de las calorías

estimadas y de acuerdo con la tolerancia, ir incrementando progresivamente

el aporte calórico hasta completar los requerimientos energéticos en 48 a 72 h

(20 a 25 kcal/kg/día). La concentración óptima del preparado enteral inicialmente

no debe ser mayor de 1 kcal/mL (isoérgico).

– La NE debe ser iniciada por la vía gástrica, en ausencia de una contraindicación

obvia. Desafortunadamente el shock se puede asociar a disfunción

pilórica, en tal caso, un acceso postpilórico resuelve este problema.

– Se recomienda no exceder de 1 000 mL del preparado enteral al día si el

acceso es gástrico o 1 500 mL si es pospilórico.

– Debe medirse el residuo gástrico periódicamente y suspender, o enlentecer

la progresión del preparado, ante residuos mayores de 150 mL.

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