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Pensamiento boliviano

El Che en Bolivia. Documentos y Testimonios. Tomo 5 ...

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<strong>Pensamiento</strong> <strong>boliviano</strong><br />

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todas las ciudades hasta el último de los villorrios, en todo el país no tarda en manifestarse, frente<br />

a la amenaza marxista el repudio más unánime más completo y definitivo.<br />

Todos como expresamos cuando movilizamos a los ciudadanos detrás del ejército, todos,<br />

a una sola voz gritamos: no pasarán y no pasaron. Se había llegado a la unidad, los sectores se<br />

funden en una sola voluntad, la de triunfar, se acaban con todos los cálculos, no se miden ninguno<br />

de los riesgos, pues muchas veces como en el caso de Hamlet la reflexión conduce a la<br />

cobardía. La guerrilla ha estallado en la zona más pobre del país, pero nadie quiere compensaciones,<br />

nadie pone precio a su colaboración ni a su vida, acá no hay factores de conciencia;<br />

acá no hay códigos que expliquen o justifiquen las guerrillas, no miden por la vara de su pan o<br />

de su jornal su patriotismo; ellos no saben de tratados ni de separaciones intelectuales; pero<br />

saben que la Patria está en peligro, que su religión está amenazada y que su sentido de democracia<br />

no puede desaparecer. Y así el más modesto poblador de la zona infestada por las guerrillas<br />

no vacila, marcha al frente, denuncia al enemigo, guía a los soldados, son sus soldados,<br />

son ellos mismos uniformados, al frente está el enemigo, ése lleva a la muerte, ése sabe que no<br />

ha podido conducir hacia el proselitismo y triunfar en elecciones y que debe recurrir a la violencia<br />

como único modo de vencer. En esta forma el ejército y el pueblo los contiene primero,<br />

los repudia y los arrincona después.<br />

La Cuarta División al mando del Cnl. Reque Terán los desaloja en Ñancahuazú, los lleva más<br />

allá del Río Grande, les descubre sus depósitos y enlaces, les captura sus armas, y la Octava División<br />

al mando del Cnl. Joaquín Zenteno Anaya, estrecha el cerco, les corta las escapatorias,<br />

los sigue, los acosa, y en gran estrategia finalmente el Mayor Vargas los destruye en Masicurí, el<br />

Tte. Galindo en Moroco y el Tte. Torrelio en Higueras.<br />

El Congreso reclama para sus pendones todas las medallas y todos los honores para esos<br />

Jefes y Oficiales y Soldados. (Aplausos)<br />

El poderoso enemigo ha sido destruido, ha muerto Ernesto Guevara, han sido liquidados, los<br />

mejores cuadros del castrismo, ha terminado la principal de las intervenciones hechas por el régimen<br />

castrista en América en lo que un gran cubano José Martí llamara “Nuestra América”, “Aquella<br />

más grande que la otra”, como él mismo dijera en Nueva York, “Porque ha sufrido más”.<br />

Ha terminado, pero debemos hacer un análisis y formular un propósito el Código de la violencia<br />

en el Continente ha querido parangonar los guerrilleros con los libertadores, nosotros<br />

ya lo expresamos: este movimiento en nada recuerda las acciones de los Lanza y de los Padilla<br />

que perseguían la independencia nacional, en nada se asemeja a la resistencia francesa movilizada<br />

para librar de su suelo al ocupante extranjero; en nada se parece a la acción que los <strong>boliviano</strong>s<br />

lanzaron hace 3 años como protesta, como campanazo con sus propios recursos en favor<br />

de un partido nacional, sin haber incurrido jamás en ninguna forma de la dependencia extranjera;<br />

pero ese señor no recuerda que en 1815 no estaban formadas aún nuestras nacionalidades,<br />

y hay algo más nuestros pueblos clamaron por la presencia de Bolívar, de Sucre y de San<br />

Martín, en cambio en el suceso actual, en la mortal insurrección marxista del Sudeste no se oye<br />

una voz que sea para llamar a los extranjeros interesados en promover la guerra civil. Acá en<br />

Bolivia nadie los llamó, nadie los invitó a venir, los pocos traidores no pasaron de un puñado<br />

que no vacilaron ante nada, ni ante el engaño a sus amos a quienes prometieron un rápido éxi-<br />

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