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Pensamiento boliviano

El Che en Bolivia. Documentos y Testimonios. Tomo 5 ...

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<strong>Pensamiento</strong> <strong>boliviano</strong><br />

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plotado, sin capacidad para velar por sus intereses, para fijar los precios de sus materias<br />

primas.<br />

La intervención de figuras como Debray o Guevara significa, por el contrario, una inyección<br />

vitalizadora a los movimientos nacionalistas y revolucionarios. Los políticos <strong>boliviano</strong>s des orientados,<br />

abrumados por el fracaso de Paz Estenssoro en noviembre de 1964, estaban necesitados de<br />

ideas orientadoras, de un gesto que revitalizara la esperanza. El gesto de Guevara ha tenido una<br />

repercusión mundial y las juventudes de Wa shington, Amsterdam o Berlín Oeste llevaron su retrato<br />

durante las manifestaciones antibélicas de mediados de octubre. El sa crificio del Che no ha<br />

sido en vano, como no lo fue en su tiempo el de Juana de Arco ni el de Tomás Moro, que dejaron<br />

a la humanidad dos conceptos distintos, al mismo tiempo básicos y opuestos, como el de la nacionalidad<br />

y el ecumenismo. Guevara dejó al mundo la noción de mística revolucionaria que es a<br />

la vez nacional y universal, y por eso no sólo captaron su mensaje juventudes de Latinoamérica,<br />

como ya estamos viendo. Pero en el fondo, su mejor e inmediata influencia se está produciendo<br />

en Bolivia, donde las raíces de una revolución nacional son tan profundas y es sólo con un fuerte<br />

proceso nacionalista que se puede fortificar, en Latinoamérica, el concepto de una revolución general.<br />

La Revolución Latinoamericana se va produciendo en función<br />

de los procesos nacionales.<br />

Barrientos, en un lenguaje realmente cursi, producto de<br />

su improvisado concepto de política y economía y de un errático<br />

grupo de asesores encabezado por el solemne escritor<br />

Fernando Diez de Medina, advertía (pensando en Debray) que<br />

no podía aceptar la intervención de extranjeros en la política<br />

boliviana. Pero entre sus ministros siempre tuvo incrustados<br />

abogados de empresas extranjeras, ex empleados de la<br />

Embajada de Estados Unidos y desde luego un personaje que<br />

nunca falta a sus reuniones de gabinete es el embajador norteamericano<br />

Douglas Henderson. Quizás en Sudamérica el gobierno<br />

de Bolivia sea el único que tolere la intervención de<br />

un embajador extranjero en las sesiones de gabinete, hecho<br />

que no puede pasar desapercibido ni siquiera para John Gunther,<br />

quien después de participar él mismo, junto con Henderson<br />

y los generales Barrientos y Ovando, llegó a esta<br />

despiadada conclusión: “Bolivia es un país mendigo...” (1)<br />

Barrientos también ha matizado su política de aceptar un<br />

peligroso intervencionismo con un clamoroso pedido de ayuda<br />

militar a la Argentina, demostrando así que en la carrera hegemónica<br />

de Buenos Aires y Brasilia los militares argentinos<br />

habían logrado un triunfo parcial en Bolivia (y luego Paraguay)<br />

(1) “Ins de South América”, John Gunther, 1967, Editado por Harper y Row.<br />

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