Pensamiento boliviano
El Che en Bolivia. Documentos y Testimonios. Tomo 5 ...
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<strong>Pensamiento</strong> <strong>boliviano</strong><br />
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Los periodistas fueron invitados a deleitarse con una “manifestación espontánea” del pueblo<br />
de La Paz en un día en que todas las oficinas del gobierno permanecieron cerradas desde<br />
las 3 de la tarde. A los funcionarios que se negaron a participar se les descontó 5 días de sus<br />
salarios. El evento comenzó bien, con contingentes del recientemente creado Comité de Damas<br />
Cristianas y el Frente Anticomunista de Bolivia, que vendieron banderines y gritaron consignas<br />
como: “muera Debray”, “Debray debe morir” y “con las Fuerzas Armadas contra los<br />
bandoleros rojos”, al son de “Puente sobre el Río Kwai”, entonado por la banda militar que pasaba<br />
casualmente en ese momento. Pero, a medida que se agotaba el día, el número disminuyó<br />
y las anteriores consignas que surgían entre la multitud eran otras, ahora contra el régimen<br />
y de apoyo a “Fidel”. Cuando la campaña estaba en su punto culminante, incluso Ovando emitió<br />
con pesar: “... a los <strong>boliviano</strong>s les repugnan los comunistas pero todavía no han demostrado<br />
su repugnancia...”; resultó imposible introducir un sentimiento antiguerrilla generalizado y<br />
el gobierno desvió muy pronto su atención hacia temas directamente militares, requiriendo,<br />
de vez en cuando, de los servicios de arzobispo Clemente Maurer para confirmar que la Iglesia<br />
se oponía inalterablemente a aquellos “... quienes están<br />
ahogando al país en sangre, portando banderas<br />
extranjeras y haciendo mal uso de la palabra “guerrillero”,<br />
que para nosotros significa honor, patriotismo y dignidad<br />
humana” (17) .<br />
En el poco definido frente entre Camiri y Santa Cruz,<br />
las dos divisiones a las que se atribuyó la “eliminación”<br />
de los rebeldes -la Octava que avanzaba al norte y la Cuarta<br />
que avanzaba al sur- tardaron en adaptarse a las condiciones<br />
de una guerra de guerrillas y a la fastidiosa<br />
presencia de los periodistas. Al principio, la Fuerza Aérea<br />
Luis Reque Terán<br />
admitió alegremente su empleo de napalm e incluso se<br />
lo lanzó desde un avión donde viajaba un reportero. En<br />
Camiri se observó de cerca una situación próxima al caos;<br />
en agosto, el comandante de la Cuarta División fue duramente presionado a explicar la muerte<br />
de su jefe de inteligencia, un capitán Padilla, muerto de un disparo de su propio revólver en<br />
el Hotel Chapaco. La afirmación de que había sido ejecutado por la célula urbana del Ejército<br />
de Liberación Nacional (ELN) mientras interrogaba a una mujer sospechosa fue discretamente<br />
abandonada, cuando se descubrió que la dama en cuestión estaba más que borracha y que su<br />
esposo se oponía a las atenciones de que era objeto. Un manifiesto emitido por el ELN (formalmente<br />
enunciado por Guevara a fines de marzo) sugería de que de tomarse por cierta la<br />
versión oficial sólo se podía pensar que las técnicas de interrogatorio que estaban siendo difundidas<br />
por entonces en la Zona del Canal de Panamá, estipulaban que para realizarlo había<br />
que despojarse de botas y cinturones durante el mismo. El que los oficiales participaran en tales<br />
diversiones se debía a que muy pocos de ellos estaban preparados para exponerse a los riesgos<br />
de ingresar al campo, tarea que fue delegada en gran medida a subalternos y suboficiales.<br />
(17) Ibid., p. 94.<br />
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