Pensamiento boliviano
El Che en Bolivia. Documentos y Testimonios. Tomo 5 ...
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<strong>Pensamiento</strong> <strong>boliviano</strong><br />
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tonces coronel Bánzer atribuyó la acción al ELN, toda la evidencia disponible sugiere que el<br />
propio gobierno dirigió el asesinato dado que el general manifestaba una creciente independencia<br />
y oposición al régimen.<br />
Barrientos anunció la derrota de la guerrilla con la muerte de Guevara. Pero aún le quedaba<br />
por resolver el problema de Regis Debray, cuyo consejo de guerra comenzó el 26 de septiembre<br />
y todavía estaba en proceso cuando el Ché fue capturado. Si bien la presión externa a<br />
favor del un juicio adecuado y la insistencia de la CIA en torno a la realización de un interrogatorio<br />
profundo (a cargo de un tal Dr. Eduardo González, exiliado cubano), libraron a Debray<br />
de una ejecución sumaria, las órdenes de Barrientos de juzgarlo en un tribunal militar crearon<br />
más problemas de los que resolvieron. Los oficiales de menor rango sedientos de sangre, fueron<br />
de algún modo aplacados, pero el tribunal ofrecía poca apariencia de justicia a tiempo de<br />
que permitía a Debray dar un impresionante discurso, cuyo efecto fue similar a la defensa de<br />
Castro después del asalto al cuartel de Moncada en octubre de 1953 (21) . Asediados por periodistas,<br />
los oficiales encargados del juicio se vieron nadando en aguas demasiado profundas; el<br />
coronel Efraín Guachalla se excusó de responder a todas las preguntas con el argumento de<br />
que él no era un “homo Sapiens”, en tanto que el fiscal, coronel Remberto Iriarte Paz, prometió<br />
estudiar aquellas afirmaciones de que el juicio estaría quebrantando la constitución sólo para<br />
regresar a la sala del tribunal, por la tarde, y disculparse por haber olvidado importantes apuntes<br />
en su otra chaqueta (22) . Para el Ejército fue mucho más vergonzoso el caso de Jorge Vásquez<br />
Viaña, militante del PCB e hijo del respetado historiador Humberto Vásquez Machicado. El guerrillero<br />
capturado cerca de Monteagudo el 27 de abril con varias heridas, fue transferido a un<br />
hospital de Camiri. Luego de varios días de interrogatorios dirigidos por González, el agente<br />
de la CIA, Vásquez desapareció y el Ejército afirmó que había escapado a la Argentina, pero el<br />
hombre estaba completamente inmóvil y todavía recuperándose del shock post operatorio. Con<br />
un macabro sentido de corrección, las autoridades dejaron un asiento vacío para Vásquez en<br />
la sala del Tribunal, ya que era “testigo para el enjuiciamiento”. Cuando un periodista preguntó<br />
a Iriarte si Vásquez sería presentado, éste respondió que había “huido del hospital”, a lo cual<br />
el periodista añadió que tenía información de que Vásquez aparecería el 2 de noviembre. Iriarte<br />
sonrió e hizo observaciones sobre lo bien informada que estaba la prensa, sin darse cuanta<br />
que el 2 de noviembre era día de difuntos.<br />
La reputación de las autoridades bolivianas fue constantemente manchada por revelaciones<br />
sobre la intervención de la CIA en la operación contrainsurgente. Los periodistas habían<br />
observado el papel tan notable que habían desempeñado Eduardo González y Félix Ramos en<br />
Camiri y Vallegrande, formalmente incorporados al Ejército <strong>boliviano</strong> como capitanes. Un año<br />
después el nada liberal ministro del Interior de Barrientos Antonio Arguedas, abandonó repentinamente<br />
La Paz y apareció en La Habana, donde entregó a Castro una copia del diario del<br />
Che que había sido fotografiado por Ramos, habiendo sido la foto enviada a estados Unidos casi<br />
antes de que los <strong>boliviano</strong>s supieran de su existencia. El extraordinario cambio de actitud de<br />
Arguedas y las no menos dañinas revelaciones acerca del alcance de las operaciones de la CIA<br />
(21) Ambos discursos están editados en On Trial, (London 1968).<br />
(22) Vásquez Díaz, p. 215.<br />
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