Pensamiento boliviano
El Che en Bolivia. Documentos y Testimonios. Tomo 5 ...
El Che en Bolivia. Documentos y Testimonios. Tomo 5 ...
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Profeta ambulante<br />
La simbología cristiana tampoco es ajena al propio Che Guevara.<br />
En una carta de julio de 1956 le dice a su madre: “No soy<br />
Cristo (...) por las cosas que creo, lucho con todas mis armas a mi<br />
alcance y trato de dejar tendido al otro en vez de dejarme clavar<br />
en una cruz o en cualquier otro lugar” (Guevara Linch); y en una<br />
carta anterior le advierte: “Lanzaste al mundo un pequeño profeta<br />
ambulante que anuncia el advenimiento del día del juicio final<br />
con estentórea voz” (Guevara Linch). El tono profético está constantemente<br />
presente. Pacho uno de los guerrilleros más allegados<br />
al Che, comenta en su Diario, el 5 de febrero: “Dimos con el Río<br />
Big (el río Grande). Avisé a Ramón (uno de los seudónimos usados<br />
por el Che) y se volvió loco de contento; me dijo, Pacho, llegamos<br />
al Jordán. Bautízame” (Fernández Montes de Oca). Es una<br />
visión absolutamente personal del evangelio, por supuesto; conlleva,<br />
sin embargo, una serie de elementos que no puede dejar de<br />
tomarse en cuenta.<br />
Gustavo Gutiérrez nos recuerda que uno de los textos que el Che llevaba escrito en su libreta<br />
de apuntes en el momento de ser apresado “Cristo de León Felipe (“Teología de la Liberación”<br />
1984). El texto encierra ciertamente una interpretación humanizante de la figura de Cristo;<br />
resalta, además, la dignidad del hombre como sujeto de su propia historia; pero, sobre todo,<br />
recupera el verdadero sentido del amor divino. El Comandante Guevara recoge esta dimensión<br />
cristiana del amor y la destaca como una de las cualidades a la que se debe aspirar: “El revolucionario<br />
verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un<br />
revolucionario auténtico sin esta cualidad” (“El socialismo y el hombre en Cuba”), le advierte<br />
a Carlos Quijano, director de la revista “Marcha”.<br />
¿Mito o realidad? No lo sé. Lo cierto es que la figura distorsionada o no, de este Cristo popular<br />
es parte ya de nuestro imaginario revolucionario.<br />
Matias, Inti y la visión de Julio de la Vega<br />
A pesar de no estar necesariamente comprometido con los ideales revolucionarios, será Julio<br />
de la Vega el que lleve más lejos este paralelo entre los símbolos cristianos y los de la guerrilla.<br />
Su novela “Matías, el apóstol suplente” está construida sobre la ruptura del relato en dos<br />
planos. El primero es un “Diario oral” perteneciente a Matías, quien fuera elegido por los discípulos<br />
de Cristo para reemplazar a Judas. Este diario es complementando con cartas de y a los<br />
apóstoles, diálogos e interrogatorios públicos. El segundo plano se establece sobre un “diario<br />
escrito” perteneciente a un guerrillero <strong>boliviano</strong> (Inti Peredo). Ambos planos se diferencian claramente,<br />
pero, al mismo tiempo, se van superponiendo gracias a un cuidadoso entramado de<br />
relaciones entre las luchas de los guerrilleros y las de los discípulos.<br />
Al final, ambos relatos parecen confundirse, yuxtaponerse, contradecirse. Elemento propios<br />
del discurso de Matías aparecen en los del guerrillero y viceversa. Así sucede por ejemplo, en<br />
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