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<strong>El</strong> exorcista<br />
William Blatty<br />
que se producía con ‘la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> un relámpago’, para convertirse <strong>de</strong>spués<br />
en las <strong>de</strong> una variedad <strong>de</strong> personalida<strong>de</strong>s.<br />
(“Regan hizo eso conmigo. La personalidad que habló con acento<br />
británico. Cambio rápido. Instantáneo”).<br />
...Un caso en Sudáfrica, dado a conocer por el renombrado etnólogo<br />
Junod; la <strong>de</strong>scripción que hiciera <strong>de</strong> una mujer que había <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> su<br />
casa una noche y fue encontrada a la mañana siguiente ‘atada por finas<br />
lianas a la copa’ <strong>de</strong> un árbol muy alto y que ‘se <strong>de</strong>slizó por el árbol cabeza<br />
abajo silbando, sacando y metiendo rápidamente la lengua en la boca, lo<br />
mismo que una serpiente. Luego había quedado colgando, suspendida<br />
durante un rato, hablando en un idioma que nadie había escuchado nunca’.<br />
(“Regan se había <strong>de</strong>slizado como una víbora cuando persiguió a Sharon. <strong>El</strong><br />
farfulleo. Un intento <strong>de</strong> ‘idioma <strong>de</strong>sconocido’“).<br />
...<strong>El</strong> caso <strong>de</strong> Joseph y Thiebaut Burner, <strong>de</strong> ocho y diez años,<br />
respectivamente, que ‘yacían sobre sus espaldas y que, <strong>de</strong> pronto,<br />
empezaron a girar como trompos, a una velocidad increíble’.<br />
Había otras semejanzas y razones para sospechar que se trataba <strong>de</strong> una<br />
sugestión: la mención sobre la fuerza anormal, la obscenidad <strong>de</strong>l lenguaje y<br />
los relatos <strong>de</strong> posesión <strong>de</strong> los Evangelios, los cuales eran la base -pensaba<br />
Karras- <strong>de</strong>l curiosamente religioso contenido <strong>de</strong> los <strong>de</strong>lirios <strong>de</strong> Regan en la<br />
‘Clínica Barringer’. Más aún, el capítulo mencionaba las sucesivas etapas <strong>de</strong><br />
los ataques <strong>de</strong> posesión: ‘...La primera, la “infección”, consiste en un avance<br />
por el ambiente <strong>de</strong> la víctima: ruidos, olores, objetos cambiados <strong>de</strong> lugar; la<br />
segunda, la “obsesión”, que es un ataque personal sobre el sujeto, tramado<br />
para inspirar terror por medio <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> ultraje que un hombre pue<strong>de</strong><br />
infligirle con golpes y patadas.’ Los golpes. Las cosas arrojadas. Las<br />
agresiones <strong>de</strong>l capitán Howdy.<br />
Quizá... quizá lo haya leído.<br />
Pero Karras no estaba convencido.<br />
“En absoluto... en absoluto”. Ni Chris. Se había mostrado muy insegura<br />
acerca <strong>de</strong> esto.<br />
Caminó nuevamente hasta la ventana. “Entonces, ¿cuál es la respuesta?<br />
¿Posesión genuina? ¿Un <strong>de</strong>monio?” Bajó la vista, mientras agitaba la cabeza.<br />
“De ninguna manera. De ninguna manera”. ¿Fenómenos paranormales?<br />
“Seguro. ¿Por qué no?” Demasiados observadores competentes los habían<br />
<strong>de</strong>scrito. Médicos. Psiquíatras.<br />
Hombres como Junod. “Pero el problema es éste: ¿Cómo interpreta uno<br />
estos fenómenos?” Volvió a pensar en Oesterreich. Referencia a un hechicero<br />
<strong>de</strong>l Altai. Siberia. Poseso voluntariamente y examinado en una clínica<br />
mientras realizaba una acción aparentemente paranormal: levitación. Poco<br />
antes, su pulso había alcanzado los cien latidos, y poco <strong>de</strong>spués,<br />
asombrosamente, los doscientos. Asimismo, se observaron violentos cambios<br />
térmicos. Y en la respiración. “De modo que su acción paranormal estaba<br />
unida a la fisiología. Era originada por alguna energía o fuerza corporal”.<br />
Pero, como prueba <strong>de</strong> una posesión, la Iglesia quería fenómenos claros y<br />
exteriores que sugirieran...