13.04.2013 Views

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> exorcista<br />

William Blatty<br />

—Lo veo terriblemente cansado -dijo-. ¿Es cierto que está cansado?.<br />

—No, en absoluto. ¿Por qué me lo pregunta?<br />

—¿Tiene un impermeable aquí?<br />

Karras movió la cabeza.<br />

—No.<br />

—Entonces tome el mío -dijo Merrin, <strong>de</strong>sabrochándoselo-. Me gustaría<br />

que fuera a la resi<strong>de</strong>ncia, Damien, y cogiera una sotana, dos roquetes, una<br />

estola roja, agua bendita y dos ejemplares <strong>de</strong>l “Ritual Romano”. -Entregó el<br />

impermeable al <strong>de</strong>sconcertado Karras-. Creo que <strong>de</strong>beríamos empezar en<br />

seguida.<br />

Karras frunció el ceño.<br />

—¿Ahora? ¿En seguida?<br />

—Sí, creo que es lo mejor.<br />

—¿No quiere oír primero los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l caso, padre?<br />

—¿Por qué?<br />

Las cejas <strong>de</strong> Merrin se levantaron en un gesto <strong>de</strong> absoluta buena fe.<br />

Karras se dio cuenta <strong>de</strong> que no tenía respuesta. Y esquivó la mirada <strong>de</strong><br />

aquellos <strong>de</strong>sconcertantes ojos.<br />

—Tiene razón -dijo. Se puso el impermeable y se dirigió a la puerta-. Le<br />

traeré lo que me ha pedido.<br />

Karl cruzó, corriendo, la estancia, se a<strong>de</strong>lantó a Karras y le abrió la<br />

puerta. Tras intercambiar rápidas miradas, Karras se internó en la lluviosa<br />

noche. Merrin volvió a mirar a Chris.<br />

—¿No tiene inconveniente en que empecemos en seguida? -le preguntó<br />

con tono suave.<br />

<strong>El</strong>la lo había estado observando, y sintióse profundamente aliviada por<br />

la sensación <strong>de</strong> firmeza y <strong>de</strong>cisión que la invadía, como un grito jubiloso en<br />

un día <strong>de</strong> sol.<br />

—No, al contrario -contestó, agra<strong>de</strong>cida-. Pero <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar cansado,<br />

padre.<br />

Él vio que su ansiosa mirada se dirigía hacia la planta alta, con el oído<br />

atento al bramido <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio.<br />

—¿Quiere una taza <strong>de</strong> café? -le preguntó-. Está recién hecho. -Su voz<br />

era implorante-. Está caliente. ¿No quiere un poco, padre?<br />

Vio que Chris entrelazaba nerviosamente sus manos. Vio las profundas<br />

cavernas <strong>de</strong> sus ojos.<br />

—Sí, gracias -dijo en tono cálido. Hasta entonces se había mostrado<br />

algo serio, superado por el momento-. Si está segura <strong>de</strong> que no hay<br />

inconveniente...<br />

Chris lo acompañó a la cocina, y pronto estuvo apoyado contra el<br />

mármol, con la taza <strong>de</strong> café negro en la mano.<br />

—¿No quiere echarle un poco <strong>de</strong> coñac, padre? -Chris tenía levantada la<br />

botella.<br />

Él bajó la cabeza y miró su taza, inexpresivo.<br />

—Según los médicos, no <strong>de</strong>bo tomarlo -dijo, acercándole la taza-. Pero,<br />

gracias a Dios, no tengo mucha voluntad.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!