13.04.2013 Views

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> exorcista<br />

William Blatty<br />

Antes <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> nuevo, esperó que menguara la risa.<br />

—“Quam profundus est imus Oceanus Indicus?” [¿Cuál es la profundidad<br />

<strong>de</strong>l océano Indico en su punto más hondo?] Los ojos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio<br />

centellearon:<br />

—“La plume <strong>de</strong> ma tante” -profirió con voz ronca.<br />

—“Respon<strong>de</strong> latine”. [Contesta en latín].<br />

—“Bon jour! Bonne nuit!”<br />

—“Quam”... ?<br />

Karras <strong>de</strong>jó la pregunta sin terminar al darse cuenta <strong>de</strong> que los ojos se<br />

le ponían en blanco a Regan y aparecía la entidad que hablaba en jerga.<br />

Impaciente y frustrado, Karras exigió en tono imperioso:<br />

—¡Déjame hablar <strong>de</strong> nuevo con el <strong>de</strong>monio!<br />

No hubo respuesta. Sólo la respiración que llegaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otra orilla.<br />

—“Qui es tu?” -preguntó <strong>de</strong> pronto con voz cascada.<br />

Seguía la misma respiración.<br />

—¡Déjame hablar con Burke Dennings!<br />

Hipo. Respiración. Hipo. Respiración.<br />

—¡Déjame hablar con Burke Dennings!<br />

Continuaba el hipo, a sacudidas regulares. Karras agitó la cabeza. Luego<br />

se dirigió a una silla y se sentó en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la misma. Se inclinó. Tenso.<br />

Atormentado. Y esperando...<br />

<strong>El</strong> tiempo transcurría. Karras se adormilaba. Luego levantó <strong>de</strong> pronto la<br />

cabeza. “¡No te duermas!” Miró a Regan a través <strong>de</strong> sus párpados<br />

temblorosos y pesados. Sin hipo. Silenciosa.<br />

“¿Estará durmiendo?”<br />

Se acercó a la cama y la miró. Ojos cerrados. Respiración pesada. Le<br />

tomó el pulso; <strong>de</strong>spués se inclinó y le examinó cuidadosamente los labios.<br />

Estaban resecos. Se en<strong>de</strong>rezó y esperó. Finalmente, abandonó la habitación.<br />

Bajó a la cocina en busca <strong>de</strong> Sharon y la encontró comiendo sopa y un<br />

bocadillo.<br />

—¿Quiere que le prepare algo, padre? -le preguntó-. Debe <strong>de</strong> tener<br />

hambre.<br />

—No, gracias, no tengo apetito -respondió mientras se sentaba. Tomó<br />

una libreta y un lápiz que había junto a la máquina <strong>de</strong> escribir <strong>de</strong> Sharon-.<br />

Tiene hipo -le dijo-. ¿Le han recetado ‘Compazine’?<br />

—Sí, tenemos un poco.<br />

Él escribió en la libreta.<br />

—Entonces póngale esta noche medio supositorio <strong>de</strong> veinticinco<br />

miligramos.<br />

—Bien.<br />

—Se empieza a <strong>de</strong>shidratar -continuó-, por lo cual habrá que recurrir a<br />

la alimentación intravenosa. Mañana a primera hora llame a una farmacia y<br />

diga que le man<strong>de</strong>n esto en seguida. -Deslizó la libreta hacia Sharon-.<br />

Mientras tanto, como duerme, pue<strong>de</strong> empezar a darle el suero ‘Sustagen’.<br />

—Bien -asintió Sharon-. Así lo haré. -Sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> tomar la sopa, dio la<br />

vuelta a la libreta y leyó lo recetado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!