13.04.2013 Views

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

El Exorcista de WILLIAM BLATTY

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> exorcista<br />

William Blatty<br />

—Nunca he visto una fe más profunda.<br />

Karras sintió el aguijonazo <strong>de</strong> un dolor conocido, pero logró liberarse <strong>de</strong><br />

él y volvió junto a Dyer, que, sentado en el catre, <strong>de</strong>sprecintaba la botella.<br />

Se sentó a su lado.<br />

—¿Quieres absolverme ahora o más tar<strong>de</strong>?<br />

—Ahora sirve -dijo Karras-; ya nos daremos luego mutuamente la<br />

absolución.<br />

Dyer vertió generosamente whisky en el vaso y el jarrito.<br />

—Los rectores <strong>de</strong> universida<strong>de</strong>s no <strong>de</strong>berían beber -murmuró-. Es un<br />

mal ejemplo.<br />

Karras bebió, pensativo. Conocía perfectamente la manera <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>l<br />

rector. Como hombre <strong>de</strong> tacto y sensibilidad, siempre actuaba por medios<br />

indirectos. Sabía que Dyer había venido como amigo, pero también como<br />

emisario personal <strong>de</strong>l rector. De modo que cuando hizo un comentario, <strong>de</strong><br />

pasada, sobre la posible necesidad <strong>de</strong> ‘un <strong>de</strong>scanso’, el psiquíatra lo tomó<br />

como un buen augurio y sintió un alivio momentáneo.<br />

La visita <strong>de</strong> Dyer le sentó muy bien; lo hizo reír, habló <strong>de</strong> la fiesta y <strong>de</strong><br />

Chris MacNeil, contó nuevas anécdotas <strong>de</strong>l Prefecto <strong>de</strong> Disciplina. Bebió muy<br />

poco, pero llenó una y otra vez el vaso <strong>de</strong> Karras, y cuando se dio cuenta <strong>de</strong><br />

que estaba lo suficientemente adormilado, se levantó <strong>de</strong>l catre y lo acostó,<br />

mientras él se iba al <strong>de</strong>spacho y seguía hablando hasta que a Karras se le<br />

cerraron los ojos, y sus comentarios se convirtieron en gruñidos entre<br />

dientes.<br />

Dyer le <strong>de</strong>sató los cordones y le quitó los zapatos.<br />

—¿Me vas a robar ahora los zapatos? -murmuró Karras confusamente.<br />

—No. Yo adivino el futuro leyendo las arrugas. Cállate y duerme.<br />

—Eres un jesuita ratero.<br />

Dyer sonrió ligeramente y lo tapó con un abrigo, que sacó <strong>de</strong>l armario.<br />

—Mira, alguien tiene que ocuparse <strong>de</strong> las cosas materiales. Lo único que<br />

hacéis vosotros es pasar las cuentas <strong>de</strong>l rosario y rezar por los “hippies”.<br />

Karras no respondió. Su respiración era profunda y regular.<br />

Dyer se fue rápidamente hacia la puerta y apagó la luz.<br />

—Robar es pecado -musitó Karras en la oscuridad.<br />

—“Mea culpa” -dijo Dyer en tono suave.<br />

Esperó un momento, hasta que consi<strong>de</strong>ró que Karras estaba dormido;<br />

entonces se fue.<br />

A medianoche, Karras se <strong>de</strong>spertó llorando. Había soñado con su madre.<br />

Estaba parado junto a una ventana en pleno Manhattan, y la vio salir <strong>de</strong> las<br />

escaleras <strong>de</strong>l ‘Metro’, en la acera <strong>de</strong> enfrente.<br />

Se <strong>de</strong>tuvo en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la acera, con una bolsa <strong>de</strong> papel en los brazos;<br />

lo buscaba. Él la saludó con la mano. <strong>El</strong>la no lo vio. Recorrió las calles.<br />

Autobuses.<br />

Camiones. Multitu<strong>de</strong>s poco amistosas. Se empezó a asustar. Volvió al<br />

‘Metro’ y empezó a bajar las escaleras. Karras, <strong>de</strong>sesperado, corrió a la calle,<br />

llorando, llamándola; pero no la vio. Se la imaginaba in<strong>de</strong>fensa y<br />

<strong>de</strong>sorientada en el laberinto <strong>de</strong> túneles bajo tierra.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!