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El Exorcista de WILLIAM BLATTY

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<strong>El</strong> exorcista<br />

William Blatty<br />

“¿Podría ayudar a un viejo monaguillo, padre?”<br />

Los textos usados en los seminarios católicos aceptaban la telepatía<br />

como una realidad y un fenómeno natural a la vez.<br />

“La precocidad intelectual <strong>de</strong> Regan”.<br />

Al observar personalmente un caso <strong>de</strong> múltiple personalidad que incluía<br />

fenómenos ocultos, el psiquíatra Jung había llegado a la conclusión <strong>de</strong> que en<br />

los casos <strong>de</strong> sonambulismo histérico no sólo se incrementaban las<br />

percepciones inconscientes, sino también el funcionamiento <strong>de</strong>l intelecto, ya<br />

que la nueva personalidad, en el caso en cuestión, parecería mucho más<br />

inteligente que la primera. Y, sin embargo, Karras estaba <strong>de</strong>sconcertado. <strong>El</strong><br />

mero hecho <strong>de</strong> “<strong>de</strong>scribir el fenómeno”, ¿lo explicaba?<br />

Bruscamente se <strong>de</strong>tuvo junto a la mesa, porque <strong>de</strong> pronto comprendió<br />

que el juego <strong>de</strong> palabras que hiciera Regan sobre Hero<strong>de</strong>s era mucho más<br />

complicado aún <strong>de</strong> lo que al principio había parecido: recordó que cuando los<br />

fariseos comunicaron a Jesús las amenazas <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s, Él les contestó: ‘Id a<br />

<strong>de</strong>cirle a ese zorro que yo “arrojo <strong>de</strong>monios”...’<br />

Por un momento miró la cinta grabada con la voz <strong>de</strong> Regan; luego se<br />

sentó a su mesa, cansinamente.<br />

Encendió otro cigarrillo..., exhaló el humo, pensó otra vez en los chicos<br />

Burner, en el caso <strong>de</strong> la niña <strong>de</strong> ocho años que había manifestado síntomas<br />

<strong>de</strong> posesión genuina. ¿Qué libro habría leído “aquella” niña, que había<br />

permitido a su inconsciente fingir los síntomas con tal perfección? ¿Y como<br />

habían podido los inconscientes <strong>de</strong> las víctimas en la China comunicar los<br />

síntomas a los inconscientes <strong>de</strong> personas en Siberia, Alemania y África, <strong>de</strong><br />

modo que los síntomas fuesen siempre los mismos?<br />

“A propósito, su madre está aquí con nosotros, Karras”...<br />

Miraba sin ver mientras el humo <strong>de</strong> su cigarrillo se elevaba cual rizados<br />

susurros <strong>de</strong> memoria. <strong>El</strong> sacerdote se reclinó, observando el cajón inferior<br />

izquierdo <strong>de</strong> la mesa. Siguió mirando un rato. Después se inclinó lentamente,<br />

abrió el cajón y extrajo un <strong>de</strong>scolorido cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> ejercicios. Educación<br />

para adultos. De su madre. Lo puso sobre la mesa y pasó las páginas con<br />

tierno cuidado. Letras <strong>de</strong>l abecedario, veces y más veces.<br />

Luego, ejercicios sencillos:<br />

Lección VI Mi dirección completa Entre las páginas, un intento <strong>de</strong><br />

cartas.<br />

En seguida, otro encabezamiento. Incompleto. Desvió la mirada.<br />

Vio los ojos <strong>de</strong> su madre en la ventana... esperando...<br />

“Domine, non sum dignus”...<br />

Los ojos se convirtieron en los <strong>de</strong> Regan..., ojos que gritaban..., ojos<br />

que esperaban...<br />

“Pero di una palabra tuya”...<br />

Echó una mirada a la cinta magnetofónica.<br />

Salió <strong>de</strong> la habitación. Llevó la cinta al laboratorio <strong>de</strong> idiomas.<br />

Encontró una grabadora. Se sentó.<br />

Enrolló la cinta en un carrete vacío. Se colocó los audífonos.

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