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El Exorcista de WILLIAM BLATTY

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<strong>El</strong> exorcista<br />

William Blatty<br />

—Un momento. -Irritado, Karras <strong>de</strong>jó el auricular y quitó la tapa <strong>de</strong> la<br />

grabadora para comprobarlo-. Sí, lo tiene. Frank, ¿<strong>de</strong> qué se trata?<br />

—Ponga la cinta en el aparato y pásela al revés.<br />

—“¿Qué?”<br />

—Es usted un novato. -Frank rió-. Escuche la cinta y hábleme mañana.<br />

Buenas noches, padre.<br />

—Buenas noches, Frank.<br />

—Que se divierta.<br />

Karras colgó. Parecía <strong>de</strong>sconcertado. Buscó la cinta y la colocó en la<br />

grabadora. Primero, la escuchó <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. Movía la cabeza. Era pura jerga.<br />

La <strong>de</strong>jó correr hasta el final y luego la puso para atrás. Oyó su propia voz<br />

hablando al revés. Luego Regan -o alguien-, “¡en inglés!”<br />

—...“Marin marin karras be us let us... (...Marin marin karras déjenos<br />

ser...)”<br />

Inglés. ¡Sin sentido, pero inglés! “¿Cómo diablos pudo hacerlo?”,<br />

preguntóse Karras, maravillado.<br />

Escuchó todo, luego rebobinó la cinta y la pasó otra vez. Y otra vez,<br />

hasta que, por fin, se dio cuenta <strong>de</strong> que el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las palabras estaba<br />

invertido.<br />

Detuvo la cinta y la rebobinó. Papel y lápiz en mano, se sentó a la mesa.<br />

Puso nuevamente la cinta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo y empezó a transcribir las<br />

palabras, trabajando afanosamente, <strong>de</strong>teniéndose a cada momento y<br />

volviendo a poner en marcha la grabadora. Cuando, finalmente, hubo<br />

concluido, hizo una segunda transcripción en otra hoja <strong>de</strong> papel, repasando<br />

el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las palabras. Después se retrepó en el asiento y dijo:<br />

‘...peligro. Todavía no [in<strong>de</strong>scifrable] morirá. Poco tiempo. Ahora el<br />

[in<strong>de</strong>scifrable].<br />

Déjala que se muera. ¡No, no, es dulce! ¡Es dulce en el cuerpo! ¡Yo lo<br />

siento! Hay [in<strong>de</strong>scifrable]. Mejor [in<strong>de</strong>scifrable] que el vacío. Temo al<br />

sacerdote. Danos tiempo. ¡Temo al sacerdote! <strong>El</strong> es [in<strong>de</strong>scifrable]. No, éste<br />

no: el [in<strong>de</strong>scifrable], el que [in<strong>de</strong>scifrable]. Está enfermo. ¡Ah!, la sangre,<br />

siente la sangre, cómo [¿canta?]’.<br />

Al llegar aquí, Karras preguntaba: ‘¿Quién eres?’, y obtenía esta<br />

respuesta:<br />

‘No soy nadie. No soy nadie.’<br />

Luego Karras: ‘¿Es ése tu nombre?’ Contestación:<br />

‘No tengo nombre. No soy nadie. Muchos. Déjenos ser.<br />

Déjenos calentarnos en el cuerpo. No [in<strong>de</strong>scifrable] <strong>de</strong>l cuerpo hacia el<br />

vacío, hacia [in<strong>de</strong>scifrable]. Abandónenos. Déjenos ser. Déjenos ser. Karras.<br />

(¿Marin? ¿Marin?...’

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