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<strong>El</strong> exorcista<br />
William Blatty<br />
—¡Hola, fea! -Sonriendo alegre, Chris la estrechó con fuerza; luego besó<br />
cálidamente las mejillas <strong>de</strong> la niña. No podía reprimir la po<strong>de</strong>rosa corriente<br />
<strong>de</strong> su cariño-. “¡Mmu-mmmmum-mmum!” -Más besos. Después alejó un<br />
poco a Regan y la examinó con ojos ansiosos-. ¿Qué has hecho hoy? ¿Nada<br />
emocionante?<br />
—Cosas.<br />
—Pero, ¿qué “clase” <strong>de</strong> cosas?<br />
—A ver... -Tenía las rodillas junto a las <strong>de</strong> su madre, y se columpiaba<br />
suavemente hacia <strong>de</strong>lante y atrás-. Bueno, por supuesto que he estudiado.<br />
—¡Ajá!<br />
—Y pintado.<br />
—¿Qué has pintado?<br />
—Flores. Margaritas. Todas rosadas. Y también... ¡ah, sí! ¡Un “caballo”!<br />
-De pronto se emocionó y abrió mucho los ojos-. <strong>El</strong> hombre tenía un<br />
“caballo”, ¿sabes?, allá junto al río. Caminábamos y se nos acercó el<br />
“caballo”; ¡era “precioso”! Mamá, tendrías que haberlo visto, ¡y el hombre<br />
me <strong>de</strong>jó “montarlo”! “¡De veras!” ¡Casi un minuto!<br />
Chris, divertida, le guiñó un ojo a Sharon.<br />
—¿<strong>El</strong> mismo? -preguntó, levantando una ceja.<br />
Cuando se trasladaron a Washington para el rodaje <strong>de</strong> la película, la<br />
rubia secretaria, que ahora era prácticamente una más <strong>de</strong> la familia, había<br />
vivido en la casa y ocupado un dormitorio en la planta alta. Hasta que<br />
conoció al ‘hombre <strong>de</strong>l caballo’ en un establo cercano.<br />
Entonces, Chris <strong>de</strong>cidió que Sharon necesitaba un lugar don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />
estar sola, por lo cual le buscó un apartamento en un hotel caro, e insistió en<br />
pagar ella la cuenta.<br />
—<strong>El</strong> mismo -sonrió Sharon en respuesta a Chris.<br />
—¡Era un caballo extraordinario! -agregó Regan-. Mamá, ¿no po<strong>de</strong>mos<br />
conseguir un caballo? Quiero <strong>de</strong>cir, ¿no “podríamos”?<br />
—Ya lo veremos, querida.<br />
—¿Cuándo podría tener uno?<br />
—Te he dicho que ya lo veremos. ¿Dón<strong>de</strong> está el pájaro que has hecho?<br />
Regan pareció quedar <strong>de</strong>sconcertada un momento; luego se volvió en<br />
dirección a Sharon y, al sonreír, <strong>de</strong>scubrió una boca llena <strong>de</strong> piezas postizas.<br />
En su a<strong>de</strong>mán esbozóse una tímida recriminación.<br />
—¿Se lo has dicho...? -Y <strong>de</strong>spués, conteniendo la risa, se dirigió a su<br />
madre-: Quería darte una sorpresa.<br />
—¿Quieres <strong>de</strong>cir...?<br />
—¡Con una nariz larga y cómica, como tú querías!<br />
—¡Oh, Rags, qué lindo! ¿Puedo verlo?<br />
—No, todavía tengo que pintarlo. ¿Cuándo estará la cena, mamá?<br />
—¿Tienes apetito?<br />
—Estoy muerta <strong>de</strong> hambre.<br />
—¡Y todavía no son las cinco! ¿A qué hora han almorzado? -preguntó<br />
Chris a Sharon.<br />
—A eso <strong>de</strong> las doce -respondió Sharon.<br />
—¿Cuándo volverán Willie y Karl?