Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>El</strong> exorcista<br />
William Blatty<br />
—En Europa -susurró ella.<br />
—¿Le ha dicho usted lo que pasa?<br />
<strong>El</strong>la había pensado muchas veces en <strong>de</strong>círselo. Había estado tentada <strong>de</strong><br />
hacerlo. Eso podría volver a unirlos. Pero Howard y los curas... Por el bien <strong>de</strong><br />
Regan había <strong>de</strong>cidido, al fin, no contárselo.<br />
—No -dijo en tono suave.<br />
—Pues creo que sería una gran ayuda si él estuviera aquí.<br />
—¡Y yo creo que nada va a ayudar, excepto algo “ajeno a nosotros”!<br />
-gritó Chris <strong>de</strong> repente, levantando hacia el sacerdote su cara llena <strong>de</strong><br />
lágrimas-. ¡Algo muy “ajeno a nosotros”!<br />
—Insisto en que <strong>de</strong>bería llamarlo.<br />
—“¿Por qué?”<br />
—Sería...<br />
—¡Yo le he pedido a usted que “expulse” a un <strong>de</strong>monio, no que “traiga”<br />
a otro! -gritó a Karras con repentina histeria. Sus facciones estaban<br />
contraídas por la angustia-. ¿Qué ha pasado <strong>de</strong> pronto con el exorcismo?<br />
—Bueno...<br />
—¿Para qué diablos quiero yo a “Howard”?<br />
—Ya hablaremos <strong>de</strong> eso <strong>de</strong>spués.<br />
—¡No, “ahora”! ¿Para qué nos pue<strong>de</strong> servir Howard? ¿Cuál sería el<br />
beneficio?<br />
—Es muy posible que la alteración <strong>de</strong> Regan empezara con un<br />
sentimiento <strong>de</strong> culpabilidad por...<br />
—¿Culpabilidad? ¿De qué? -gritó, con ojos enloquecidos.<br />
—Podría...<br />
—¿Por el divorcio? ¿Todas esas tonterías que dicen los psiquíatras?<br />
—Bueno...<br />
—¡Tiene sentimientos <strong>de</strong> culpabilidad porque “mató a Burke Dennings”!<br />
-chilló Chris, apretándose las sienes con fuerza-. ¡Lo “mató”! ¡Lo mató y la<br />
van a meter en la cárcel, la van a meter en la cárcel! ¡Oh, Dios mío, oh...!<br />
Karras logró sostenerla cuando se <strong>de</strong>splomaba, llorando, y la condujo<br />
hasta el sofá.<br />
—Tranquilícese -le repitió suavemente-, tranquilícese.<br />
—¡No, la van a... meter en la cárcel! -sollozó ella-. ¡La van a meter... a<br />
meter... ahhh! ¡Oh, “Dios” mío! ¡Oh, Dios mío!<br />
—Vamos, vamos...<br />
La hizo tumbarse en el sofá, se sentó a su lado y le cogió una mano.<br />
Pensamientos sobre Kin<strong>de</strong>rman. Dennings. <strong>El</strong> llanto <strong>de</strong> Chris. Irrealidad.<br />
—Bueno, bueno, ya está bien. Cálmese.<br />
Cuando se hubo calmado, la ayudó a incorporarse. Le trajo agua y una<br />
caja <strong>de</strong> pañuelos <strong>de</strong> papel que había encontrado sobre una repisa, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />
bar. Luego volvió a sentarse a su lado.<br />
—Me he quitado un gran peso <strong>de</strong> encima -dijo ella, sonándose la nariz y<br />
gimoteando-. Ha sido como una liberación.<br />
Karras estaba consternado. <strong>El</strong> impacto que le causó la revelación <strong>de</strong><br />
Chris crecía a medida que ella se calmaba. Respiración más tranquila. Nudos