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El Asilo de San Bernardino
Fení, vidi vid: Llegué, me presenté y tomé posesión.
Salvo la puerta, y jzásl la estatua de Pontejos: el Ayuntamiento
la había puesto allí por iniciativa de D. Manuel
María José de Galdo, para honrar la memoria del
fundador. Y esa historia corre, pero es historia oficial;
la verdadera es que el fundador fué Galdiano. Para lo
de la honra de Pontejos, hay que conocer lo que de él
dijo el Conde de Romanones en el «Plutarco® de E l
Liberal. De los datos que se le imputan, no estaba
mal su busto en aquel patío, porque representaba el reo
en el banquillo esperando el fallo del juez que lo condenaba
por no justificar la inversión de cantidades to­
madas del Ayuntamiento para traer unas máquinas para
el Asilo. E igual escena puede representar el otro busto
de la fuente de su nombre, pues para traer un maestro
fontanero francés que aumentase los caudales de los
viajes de Madrid, tomó otra cantidad que entregó á un
comerciante de la calle de Barrio Nuevo, en pago de
parte de sus deudas, según consta en su expediente,
que no debió conocer Galdo, su apologista (i).
Y a queda dicho que el Asilo lo abrió el Corregidor
Galdiano, y la causa, diremos ahora, fué sacar de Ma­
drid los pobres recogidos en la vía pública..... mas la
caridad con que se quiere hermosear el intento.....buena
( l) Archivo; l — 227— 1.