1 - DSpace CEU

hablar al Sr. Luna en la forma que lo hacía, suponien­
do que se avasallaba y atropellaba á alguien, olvidando
que también debía estar en su lugar la honra respetable
del amigo y del compañero de todos, Sr. Eguiluz:
que podía ser cierto todo cuanto había manifestado el
Sr. Luna; que el Sr. Eguiluz podía haber infringido al­
guna cuestión reglamentaria, algún acuerdo, pero que
no era bastante para que un empleado viniese con una
dimisión como la que se había leído: que ya que la ha­
bía hecho, que quedase en suspenso; y si del expediente
que se formase resultaba que era un empleado hon­
rado, de buenas condiciones, pero incompatible con el
Comisario, se le trasladase á otro puesto, siendo este
temperamento mejor que el desairar á un compañero;
y si hubiese cometido falta, se le aplicase el condigno
castigo: y termina diciendo que se viese perfectamente
lo que había sucedido; mas que no podía obligarse al
Comisario á que continuase con un empleado en estas
condiciones al frente del servicio.
Rectificó el Sr. Luna.
E l Sr. Chavarri (D. Basilio), sintió que se sentara la
jurisprudencia de que un empleado viniese á exponer
la conducta de sus superiores, como se hacía en la comunicación
leída.
Declarando el punto suficientemente discutido, se
acordó: aprobar la proposición.
Cantando la palinodia.
Cuando el Marqués de Torneros recibió la renuncia<
nos llamó á su casa, y nos preguntó si sabíamos lo qic
ha habíamos dicho en ella.