1 - DSpace CEU

do.— Pérez Roldán.— Jaramillo.— Reynalte,— Heros.—
García Tahona.— Collado.
Con el segundo, Fuentes.— Clemente.— Berendoa-
ga.— Santa Clara.
García Tahona Cque debió amasar mucho) votó en
contra, porque decía «qut era raro el mal ó daño que
no viniese con el embozo del bien, de cuya clase conceptuaba
fuese el que se trataba, pues aunque era indu­
bitable que la idea piadosa con que se proponía, arrastraba
los ánimos piadosos, no podía dudarse tampoco
se procedía distraídos ó separados del daño que incluía
respecto de que, aunque los fundadores de tales obras
pías entraban á su exercicio, por lo regular en un estado
de pobreza, tampoco era dudable que con el tras­
curso del tiempo venian á apoderarse de las mejores
fincas ó posesiones de los pueblos, con que venían á
constituirse sus moradores en una pobreza lamenta­
ble», etc. (i).
Eran, pues, las autoridades de 1807 como son en
1904. Sigamos adelante.
Si Carlos III hubiera vivido hasta la retirada del poder
y el destierro de Floridablanca y Aranda, ¿quién
. sabe si no hubiera sufrido los escalofríos que sufrieron
éstos al palpar las consecuencias de los principios que,
ó por su iniciativa ó con su acuerdo, sentaron? Ellos
intentaron desterrar de la enseñanza la moral cristiana,
por ser la moral de sus víctimas, y la hubieron de susti­
tuir con la regla de la conveniencia real, porque el
( i) Este señor tahonero pensaba como Bringas y hablaba
como Fauia Yarza.