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En ella celebraba las suyas la R eal Junta de Teó-
ogos por la Inmaculada Concepción, y en ella oia los
^m ones de Cuaresma e l R ea l y Supremo Consejo de
yastilla.
Uno dt sus religiosos predicaba todos los domingos
ft la Plaza M ayor, y otro en diferentes sitios de M a-
^ id , donde solian ser más numerosos los concursos.
Jodos ejercian el cargo de agonizantes, y á la menor
tsinuacion asistian á las cárceles, hospicios y hospi-
iles, siendo continua la asistencia al confesonario,
orno es notorio d toda la corte.
Por último, el R ea l Convenio de San G il en todos
fempos/uó mirado como una dependencia de Palacio,
\el afecto de los reyes antecesores de V. M. á su Co-
iunidadfué siempre tan singular, que el Señor Car-
tí 111, abuelo de V. M ., deseando dar más amplitud
inmediaciones del Palacio, y no permitiéndole su
recto alejarla de é l, principió á edificarla un suntuoso
pavento, que despues el Favorito convirtió en cuartel
\caballerizas (i).
A ninguno de tan piadosos empleos pueden atínder
' el estado de dispersión á que se hallan reducidos,
ynguna gestión, diligencia alguna, han querido proejar
durante el gobierno de la Regencia y Cortes, fir -
smente persuadidos del regreso de V. M . a l trono de
fí mayores,y deseosos de deber su restablecimiento á
único y religiosísimo bienhechor y patrono.
\Por tanto : el Guardian de San G il, por s i y á nom-
\e de su Comunidad, P . A . L . P . de V. M ., con la más
gerente sumisión: Suplica que, usando de aquella
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