1 - DSpace CEU

Dios; iqutí Dios!... la naturaleza, con el fósil de la fiera!
¡El pobre Newton!... digo jpobre! por que si le cae en
las narices, lo deja chato; con la caída de una manzana
conoció la gravedad de los cuerpos, y su relación con
las masas y distancias; y bastóle eso para enseñar á
los hombres la gravitación universal. Así Euclides, su
postulado; Leinitz, su cálculo; yo... con una pelotilla
de hilachas, y en ellas algunos pelos, voy á demostrar
cuánto bien entraña la libertad conquistada en el puente
de Alcolea.
Volvió á la era del Mico; llevó algunos amigos políticos,
periodistas, y como una docena de voceadores á
peseta; allí se encontraba un peón cam inero, con su
bandolera, armado de azadón y espuerta, y todos al­
rededor del hoyo,..... cave usted aquí, dijo D. José al
caminero, y cavó éste en el punto señalado. A eso de
la quinta espuerta apareció el ansiado tesoro: un bulto
terroso, de la magnitud de un pepino regular, de 800
gramos. Sacuda usted el bulto para que suelte la tierra,
y, sacudido más y más, resultó una especie de peluca
vieja, enmarañada y revuelta, atada en la forma con
que se ofrecen en las peluquerías.
— Hélo aquí, señores: vedlo y palpadlo para que lo
podáis afirmar á todas las gentes, en vuestras casas, con
vuestros am igos, en vuestros periódicos: aquí tenéis
testimonio fehaciente, prueba inequívoca del fanatismo
español en los siglos que pasaron, y el que viene á des*
truír de raíz y para siempre la actual revolución, que
nos pondrá á la cabeza de los pueblos civilizados. iMae-
ra la Inquisición! jViva la libertad! ¡Viva Priml ¡Viva
Topete! ¡Viva Serrano! dijo una vez D . Pepe, y no fué
menester más para aturdir con vivas y mueras á lo s de