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). Gabriel y D. Aotonio, y varios ilustres prebendados
religiosos de relevante mérito* (i).
Aranda, que conservaba sus ideas de antes, dice aquí
íste autor, y no participaba tanto de los temores de
iFloridablanca, modificó aquel sistema y cortó algunas
Ide estas causas en el breve tiempo de su Ministerio.®
¡SUBE L A O LA!
Godoy ateo, bigamo é inmoral.
,Y el príncipe de la Paz que, sin ser afecto álas máximas
de la revolución francesa, no era tampoco fanático,
ni enemigo de la ilustración; el príncipe de la Paz,
que siendo ya primer ministro, había sido denunciado
tres veces á la Inquisición por sospechoso de ateísmo,
por delito de bigamia y por su privada conducta moral,
y por tanto, conocía por experiencia lo que eran
delaciones inquisitoriales; por un lado, templaba el poder
del Santo Oficio, cercenándole atribuciones; por
otro, no dejaba de vigilar para impedir la circulación
y lectura de los libros prohibidos que se introducían de
( l ) Estos personajes citados abonan nuístra opinión de que
en las alturas había hecho muchos prosélitos la filosofía atea da
Francia, y que el jansenismo tenía muchos servidores en el clero-
Sin embargo, Lafuente las llama gentes de virtud y de respetabilidad
por sus jerarquías de embajadores, obispos, religiosos d©
raído y maestros palaciegos. Los serviles délos poderosos lo son
también de los que van á una con el poder. En cambio, tilda
de fanáticos á los que, fieles á su voto y juramento, no tran»
sigen con el error, sea alta 6 baja la persona que lo defienda.—
Historia dt España,, tomo XI, cap. V L