1 - DSpace CEU

que el Ayuntamiento apreciaba en lo que valía, no creyendo
que hubiese ningún empleado que pudiese, aun­
que quisiera, lastimarla.»
«El Sr. Luna se manifestó contrario á esta solución,
volviendo á suplicar al Comisario que antes de tomar
alguna se esperase el resultado de la instrucción, porque
S. S., que era amigo de sus amigos, no podía dejar que
la honra de un empleado del Ayuntamiento se tirase
por los suelos: que no conocía el Sr. Ciria, pero que
cuando un empleado del Ayuntamiento venía al señor
Alcalde con una dimisión fundada, era necesaria calma
y sangre fría, y que se formase expediente; y ya que no
estaba en la mesa la dimisión, S. S. leyó copia de la
misma, (i)
Después añadió que si este íuncionario faltaba, y no
probaba lo que exponía, debía entregársele á los tribu­
nales; pero que cuando un hombre, bajo su firma, de­
cía que no podía seguir, porque era el encargado de
cumplir y hacer cumplir la ley, era preciso oirle; porque
no creía que hubiese un empleado que se negase á fir­
mar cuentas cuando éstas se hubiesen presentado de antemano
con la debida intervención: que al Ayuntamiento
vino S. S. por el mes de Abril, pidiendo que para regu­
larizar la imprenta era necesario hacer los pedidos mensuales,
llevar el material al Asilo, y que el jefe, en vir­
tud de pedidos, lo fuese facilitando; y que aprobado
así, ni un día siquiera se había hecho: que no había
( i ) Sabiendo que había empefio eo que no se lejrese, dimos
copia á cuatro ó cinco Concejales, y por eso pudo Martínez
Luna leerla, burlando aquel empeño, que aún surtió el efecto
de que no constase en el acta.