Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo
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- XXII -<br />
Con el ajetreo de anoche, que nos salvó siquiera del carbón, ha habido sujeto que no ha<br />
dado rumor de sí (como llámale Pascual al despertar) hasta las tres de la tarde. El relojero<br />
pinta el cartel de la función -rodeado de un grupo de mirones- en tertulia con la india y con<br />
el<br />
indio y con la miss, con la otra india del doctor Roque y con éste, quienes han formado<br />
rancho aparte desde el día de la francesa; Lucía y yo acabamos por sentarnos con ellos,<br />
lejos del grupo de la proa, donde está Sarah leyendo folletines -Lucía por hablar en inglés<br />
con la miss, yo por ver pintar... y por oírle acaso el inglés a Lucía.<br />
No, no, pinta bien este relojero. Tiene el cartón orlado de alegorías, con los felices apuntes<br />
que ha ido tornando de Singapoore, de Colombo..., bajo una vista de aquellos anchos lagos<br />
del canal. ¿Por qué, si es un demostrado badulaque, pinta bien y toca no mal el violín?...<br />
Sin<br />
duda la pintura, en la categoría de copista, y la música en la de ejecutante, son artes<br />
inferiores. Se tutean, él y la india, en voz baja: son novios...<br />
¡Ah, el amor en veloz competencia con las máquinas!... recuerdo aquello de Campoamor,<br />
también en viaje: «... era tuyo en Valdemoro y en Aranjuez ya eras mía»... De rato en rato<br />
ella tiende la mano sobre la caja, que él tiene delante de una silla, para indicarle el matiz de<br />
las letras que va haciendo... «Esto en azul»... «Esto en rojo»..., y los brillantes chispean en<br />
sus dedos amarillos, flacos... Tal vez hace él combinaciones de tisis y de brillantes, que le<br />
infundan corteses y halagadoras esperanzas. Lo indudable es que entre la dulce fealdad<br />
gualda de la joven, la presencia de su padre, los diamantes gordos «sin trampa ni cartón»<br />
(don Lacio) y la rociada del teniente, han hecho del bello relojero una segunda edición de<br />
novio correctísimo con vistas a la iglesia.<br />
-¡Esto en negro! -dice la joven.<br />
Es el nombre de Pura. Odio femenil de rivales satisfechas en que ha venido tranquilamente<br />
a reducirse la escena de la otra noche, tras dos días de comentario general... En efecto, hasta<br />
el relojero y el teniente se hablan, después de una sumisa explicación, ayer mañana, dada<br />
por el