Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo
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175<br />
-Oh, qué estampas... ¡qué libro!... ¿De usted?<br />
-No, del barco -respondo. -¿No lo ha leído?<br />
El simple hecho de no ser mío, parece calmarle un poco.<br />
-De todos modos -dice en severa reconvención a su mujer, desdeñando contestarme- no me<br />
parecen estas láminas las más propias para... para...<br />
Ven, Lucía; haz el favor... ¡con el permiso de usted!<br />
Quítale el libro, que deja en el sillón; la alza, y llévasela del brazo por la escalera.<br />
«¡Con el permiso de usted!» -ha repetido ella poniendo en la frase toda la digna cortesía<br />
que él me trocó en desprecio.<br />
Esto, al menos, me confía en que confía ella en su honradez y en su altivez para no<br />
temerle...; me borra al instantáneo impulso de seguirlos... ¡ah, porque si este hombre tocase<br />
a esa mujer... no sé... yo no sé...!<br />
Sólo sé que sé ahora, como Bécquer, «¡por qué se muere y por qué se mata!»...<br />
- XXV -<br />
Días vanos -ayer, anteayer. No ha podido Sarah hacer mejor. No he vuelto a verla: mareada<br />
(¡ella!) en su camarote. Sigue mareada, en su prisión voluntaria de odio -aun hoy que quiere<br />
el mar despedirnos menos bravo enfrente de las tierras filipinas.<br />
Mareado <strong>Al</strong>berto (él sí), pidió a sus celos ridículos la fuerza para estar constantemente al<br />
lado de Lucía; y sigue constituido en tardío y fosco vigilante que la irrita, dentro de la<br />
inalterable cortesía con que ella le habla a todos... a mí también.<br />
Un barco que llega es una casa en mudanza. Se despierta y no se piensa más en ese arraigo<br />
de profunda intimidad que está en la habitación.<br />
Han hecho las camas, las camareras; mas por las puertas abiertas las he visto inundadas de<br />
cajas, de maletas, de cabás que aguardan allá abajo mientras aquí arriba esperamos con el<br />
espíritu fuera del mar.<br />
Se recoge cada cual a su egoísmo. Las caras y los trajes son otros. Diríase que otra vez la<br />
mayoría nos desconocemos, relegada anticipadamente a recuerdo transitorio esta familiar<br />
comunidad de un mes, ante la vida nueva presente a nuestros ojos.