11.05.2013 Views

Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo

Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo

Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

43<br />

En las lejanías, fuera del apoteósico trayecto marcado en luz como para una cabalgata de<br />

nereidas, no se ve más que confusión azul, donde a ratos parecen esfumarse costas bajas<br />

sembradas acá y allá de dispersas<br />

luminarias. Luego las percibimos más distintamente, se acercan, se buscan, se angostan, y<br />

acaban por encerrarnos en verdadero canal donde apenas coge el buque. Son bordes de<br />

arena, que se ostentan bien al vívido resplandor no interrumpido de los focos -<br />

desesperadamente uniformes, desesperadamente iguales, que no se sabe además si asoman<br />

del lago como bancos, pues se siguen con líquida planicie los horizontes hasta la línea del<br />

cielo, tras ellos, a uno y otro lado.<br />

No sabemos, en fin, cómo vamos, ni por dónde vamos, ni cómo está hecho todo esto. De<br />

rato en rato una linda casa flotante, con un apartadero donde una draga se recoge, déjanos<br />

pasar... Sin duda el alba, que ya clarea, nos lo podrá decir bellamente; pero... nos caemos de<br />

sueño y de fatiga...<br />

-¡Oh por Dios, no subamos juntos! -pide el tenientito, que se siente, con póstumo pesar,<br />

novio infiel.<br />

Y se lanza el primero a la cubierta.<br />

Hemos ido llegando a la mesa a las once, en almuerzo extraordinario, él, Enrique y yo.<br />

Cuando subo con Enrique, nos sorprende el mar... un mar opaco... arena, los desiertos... el<br />

canal todavía, que ya creeríamos bien pasado.<br />

Un asombroso paisaje de sencillez austera. ¡El mar, el desierto, todo lo grande aparece tan<br />

sencillo!... Arena..., el ruedo inmenso de una plaza de toros sin plaza, cortado al medio<br />

limpiamente con una cinta de agua por donde va el buque... El canal, al sol, sin las<br />

fantasmagorías nocturnas, se parece, pues, a los regatos que hacen los chiquillos en la calle<br />

después de una tormenta.<br />

El desierto... ¡ah! el desierto es una cosa harto simple en su desolación monótona. Echo mis<br />

cuentas... babor, estribor... izquierda...: es éste el de la Arabia, entonces. Y al ir a ver el<br />

africano, al lado opuesto, me encuentro a don Lacio que me recibe delante del grupo de<br />

señoras:<br />

-¡Hombre! ¡Perdido!... ¡Conque han tenido que retrasar anoche la marcha por esperar a<br />

ustedes!... ¡Moritas! ¡moritas!... ¡qué juventud! ¡horror! ¡horror! Y así...

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!