Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo
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Se ha hablado del vino de Chipre, de las rosas de <strong>Al</strong>ejandría, en la mesa. Un erudito ha<br />
resucitado el tiempo helénico. Esto es inevitable. La gallarda serenidad del buque ha<br />
devuelto a cada uno sus manías, sus mezquindades, sus vanidades. Gentes humildes, con<br />
traza de no haber comido en fonda jamás, sino por fiesta, y que no vendrían en este lujo de<br />
viaje si no lo pagara el Gobierno, hallan detestables los asados, y las salsas, puestos a no<br />
asombrarse del festín que vienen a ser las comidas. Unos, alrededor nuestro, con el hambre<br />
sana de a bordo, se reservan para cualquier título del francés rimbombante del menú -y<br />
encuéntranse sorprendidos con sesos fritos... Otros, presumiendo de avisados, llenan de una<br />
vez con el tinto macón la batería de copas que tienen por delante: la del agua, la del vino, la<br />
del jerez, la del champaña, la del coñac...<br />
Nosotros, entre tanto, el grupo distinguido nos reímos... con una distinción que oculta un<br />
poco de la misma torpeza vanidosa.<br />
<strong>Al</strong> fin es esta vanidad de distinción lo que nos une, y la escondida fuerza que sigue<br />
deslindando entre rabias y entre envidias las jerarquías que preví al embarcar. No basta<br />
entre el pasaje de primera el común derecho a lo mejor del buque que da el billete: hay que<br />
conquistarse derechos de clase dentro de la clase. Y las delimitaciones son tan fijas,<br />
en pocos días, que igual que a la generalidad sublevaría ver venir a nuestras cámaras y a<br />
nuestra cubierta pasajeros de la popa, enojaría en nuestra pequeña tertulia un intruso.<br />
Han sido los primeros títulos para tal preeminente conquista, los dientes blancos, las uñas<br />
bien pulidas, los trajes bien cortados, las joyas... los brillantes en los dedos de los hombres<br />
y las grandes turquesas orladas de brillantes en las orejas de las damas. Felices los que<br />
desde luego contamos, además, con un uniforme respetable.<br />
<strong>Al</strong>rededor de este núcleo, constituido en aristocracia de a bordo, y que ha quedado como<br />
alto otorgador de la admisión de «nuevos íntimos», se ha ido aumentando la tertulia con<br />
pocas personas más: unas abonadas por la belleza, como Purita y su madre; otras por su<br />
canto, por su música, y aun por una vieja miss de compañía, como una india señorita y su<br />
papá, de netos tipos malayos, europeizados en Francia.<br />
El húsar, tendido en su silla, apenas ya con mareo, mira de soslayo a Pura, que habla con el<br />
teniente de cazadores... joven menudito, simpático, posesor de una pitillera de frac, con<br />
monograma...