Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo
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157<br />
- XXIII -<br />
Diciembre 24. -Nochebuena -nos ha dicho hoy el almanaque.<br />
Y es preciso creerlo, ahogado, aquí, viendo este blanco y sutil celaje inmóvil de tormenta,<br />
viendo correr por el agua quieta las manadas de delfines que también parecen salir a<br />
respirar mientras aguardo como un ansiado bien mi segunda ducha de antes del almuerzo.<br />
El cielo tiene una luminosidad siniestra de amenaza, sobre la calma del mar.<br />
-¡Señorito!<br />
-Hola, Juan. ¿Ya?<br />
-Sí, señorito. No está compuesta la avería, pero pueden bañarse los señores en un baño de<br />
señoras. Lo ha dicho el sobrecargo.<br />
Bajo, delante de Juan. Entro en el camarín que se me indica, y cierro. Esto de refrescarse lo<br />
solemos tomar despacio, el que le toca, con desesperación de los demás. Noto, sin embargo,<br />
que está el cuartito hecho un desastre. Los carpinteros y plomeros han interrumpido su<br />
obra, y yace el suelo lleno de aserrín, de clavos, de tacos de madera, hasta de<br />
herramientas. Arrancada la percha, sin otra silla, no sé dónde poner las ropas.<br />
Fumo. He colgado la chaqueta en el extremo retorcido de un tubo roto, y no tengo donde<br />
soltar el cigarro. De pronto paréceme que la ducha se abre..., vuelvo la cabeza, y no: es en<br />
el cuartito vecino; veo sobre la pila, al lado de mi ducha, junto al techo, un boquete de paso<br />
de otros tubos arrancados.<br />
<strong>Al</strong> mismo tiempo siento el resoplar de impresión de quien sufre el agua, y una femenina tos<br />
que juraría que es de Aurora... La idea de verla me asalta... a ella... ¡qué demonio!... no hay<br />
grandes traiciones de pudor con tal mujer... Y dicho y hecho, velo un tanto con la cortinilla<br />
la<br />
ventana, subo al borde de la pila y miro...<br />
¡Ah!... está enfrente..., ninfa deliciosa... ¿quién es?... ¡No es la pescadera!... es menos<br />
gruesa... ¿Pura?... No, tampoco... menos gruesa, ésta, asimismo... cubre su cara con ambas<br />
manos. Una idea me cruza de verdadera traición... Y luego, apártome a un lado del<br />
boquete...<br />
Mas, no, no, gran Dios... no es tampoco Lucía... ¡Lucía es más alta!...