Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo
Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo
Trigo_Felipe-Del Frio Al Fuego, Ellas A Bordo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
27<br />
de los caballos, está fuertemente acentuada por una inconsciencia de brava brutalidad. No<br />
costaría gran pena creer que es maciza, y asustaría pensar lo que quedase de ella en los<br />
brazos de un amante, fatigado, apagados los deseos...<br />
Contacto de fuego, los de esa cara, los de esa boca... soportados pronto después como<br />
contactos de una libra de carne de la plaza.<br />
Lucía tiene la frente alta, pálida, y nace sedoso en ella el cabello obscuro con una idealidad<br />
casta y limpia. En la arcangélica paz de su semblante, miran sus ojos con franca valentía,<br />
seguros de sí propios, responsables, y las líneas delicadas de sus labios muestran un tic de<br />
amargor y de piedad al jugar a la sonrisa con sus dientes grandes, blancos, blancos..., muy<br />
blancos y firmes y levemente desiguales... Yo dudo que el marido sepa los tesoros de<br />
amistad que hay en estos ojos; los tesoros de pasión que hay en esta boca... Y al mirarle<br />
noto que me está mirando amenazadoramente, y comprendo mi imprudencia. No tengo el<br />
menor derecho a crearle a su mujer una de estas historias de murmuración que ya corren<br />
por el barco. -Sonríole y le ofrezco un cigarro con toda<br />
cordialidad.<br />
Porque es cierto. Las murmuraciones empiezan a volar impías en la sociedad naciente, en la<br />
diminuta ciudad flotante que cruza apretada en un casco por las aguas solitarias. El<br />
comandante de Estado Mayor se dice que le inspira a Charo preferencias; él es un hombre<br />
de cuarenta años, fino, feo, con la fealdad simpática de un japonés. Se dice también que el<br />
capitán de a bordo mira a la pescadera, y que ella no se cansa de mirar al<br />
capitán. Y es lo raro, sin embargo, que tales imputaciones de injuria, positivas<br />
probablemente, no disminuyen la consideración a la condesa, y<br />
antes se la dan que se la quitan a la bien plantada pescadera, salvada en galantería. Le<br />
ocurre igual al rico filipino, admitido, más aun que porque su desmedrada hija cante y hable<br />
el francés y el inglés y traiga una miss, porque él trae en segunda, respetuoso con la niña,<br />
una querida francesa, una cocota, que es sin duda la que vi en mi excursión del otro día...<br />
Pronto ha corrido la nueva por el Reus, dándole al indio bravo las de la ley para alternar en<br />
la «distinguida sociedad».Charo ha promovido discusión acerca del papel social de la<br />
mujer.<br />
Excitado el marido de Lucía contra una intervención oportunísima de ella, a quien apoyó el<br />
comandante, discute ahora con éste en forma descompuesta,