San Francisco - ArqueologÃa Ecuatoriana
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UNA HISTORIA PARA EL FUTURO SAN FRANCISCO 175<br />
Restauración arquitectónica<br />
José Mercé Gandía / José Gallegos<br />
Estado inicial<br />
La trascendencia histórica del monumento, el valor arquitectónico del conjunto y de los<br />
bienes muebles y culturales que éste atesora, fueron los principales puntos de interés alrededor<br />
de los cuales se planteó un proyecto integral de restauración, que, además, implicara<br />
la difusión de la riqueza cultural que el Convento posee a través de una exposición<br />
museográfica planificada, que mostrara al visitante, de forma coherente y ordenada, su<br />
gran riqueza patrimonial.<br />
Los arquitectos Diego <strong>San</strong>tander y José Ramón Duralde, primeros técnicos responsables<br />
de la obra, nos describen en su documento Restauración del Convento de <strong>San</strong> <strong>Francisco</strong><br />
de Quito las consideraciones previas a la intervención en el edificio y las necesidades<br />
que la justifican; y advierten sobre algunas de las tareas que se debían cumplir en el desarrollo<br />
del proceso.<br />
El gran templo de <strong>San</strong> <strong>Francisco</strong>, con un importantísimo contenido de bienes culturales, se encontraba<br />
en tan mal estado de conservación que demandaba una intervención generalizada de carácter<br />
urgente. Los diferentes terremotos que históricamente afectaron a Quito; son responsables de parte<br />
de las pérdidas especialmente los de 1755 y 1868. En el primero destaca la pérdida de la armadura<br />
mudéjar de la nave mayor. Una de las armaduras más notables, la del coro, presentaba graves<br />
problemas por el desplazamiento de varios de sus paneles y muy especialmente de su almizate,<br />
claramente hundido, todo ello a causa de los movimientos y desperfectos de los pares y del resto<br />
de los elementos estructurales de la armadura. El ataque por insectos xilófagos era, sin embargo,<br />
menor que el que soportaba el de la nave mayor, sustituido en el siglo XVIII. Este techo barroco de<br />
la nave mayor, un simple entablado en forma de artesa con decoración sobrepuesta, colgada de una<br />
estructura de madera que pudo ser de la antigua cubierta, mediante correas de cuero que, secas y<br />
frágiles, apenas podían sostener el peso del techo. En esos momentos afortunadamente se aborda su<br />
restauración por impulso del Municipio de Quito. El techo del sotocoro, que incluye pinturas sobre<br />
lienzo en grandes medallones, exigía también una restauración.<br />
Las torres del templo, muy esbeltas según los testimonios fotográficos y las vistas urbanas pintadas<br />
antes de 1868, fueron rebajadas después del terremoto de ese año, que las afectó gravemente. En<br />
1987, después de un nuevo terremoto, pudimos constatar en el interior de la torre grandes fisuras<br />
de trayectoria fundamentalmente vertical, que muy posiblemente correspondían a las antiguas de<br />
1868.<br />
Otras reparaciones llevadas a cabo sin criterio de conservación afectaron al templo. Las linternas<br />
de la nave de la epístola habían sido suprimidas para evitar reparaciones más costosas, perdiéndose<br />
sus volúmenes en el exterior, y las sensaciones espaciales y lumínicas originales en el interior.<br />
Desapareció una gran parte de la decoración barroca que, de acuerdo a las descripciones de su<br />
época, cubría por completo el templo con molduras y paneles dorados entre los lienzos y retablos<br />
hasta ocultar por completo los parámetros. En algunas zonas fue sustituida por madera doradas,