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Exclusión del dolo - INEJ

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EL DOLO. ANáLISIS DE SU TRATAMIENTO EN EL CóDIGO PENAL NICARAGüENSE<br />

por ejemplo, hablan unos de intención o propósito, <strong>dolo</strong><br />

directo y <strong>dolo</strong> eventual, mientras que otros prefieren referirse<br />

a <strong>dolo</strong> directo de primer grado, <strong>dolo</strong> directo de segundo<br />

grado y <strong>dolo</strong> eventual. No importan, sin embargo,<br />

tanto los términos como el contenido a que responden y<br />

a este respecto las diferencias entre unos y otros no son<br />

sustanciales. 99<br />

En resumen, comúnmente, podemos decir, que se distinguen<br />

tres formas distintas de <strong>dolo</strong>: <strong>dolo</strong> directo de primer<br />

grado (dolus directus), el <strong>dolo</strong> indirecto (dolus direc-<br />

99. Los clásicos solían distinguir el <strong>dolo</strong> por su intensidad y duración<br />

en <strong>dolo</strong> de ímpetu o pasional, <strong>dolo</strong> repentino, <strong>dolo</strong> con simple<br />

<strong>del</strong>iberación y <strong>dolo</strong> premeditado. Para Puig Peña, en ninguno<br />

de los dos primeros perseveraba la voluntad. En el <strong>dolo</strong> con simple<br />

<strong>del</strong>iberación hay perseverancia en el querer malvado pero no<br />

frialdad de ánimo. Finalmente, en el <strong>dolo</strong> premeditado, hay ambas<br />

cosas, o sea, frialdad de ánimo y perseverancia en la voluntad.<br />

Continuaba expresando, que no se puede, en realidad, considerar<br />

tantos supuestos; y brindaba su propia clasificación diciendo que<br />

“basta apreciar un <strong>dolo</strong> que pudiéramos llamar normal, otro superior,<br />

que es el premeditado, y otro inferior, que es el de ímpetu<br />

o pasional. Cfr. PUIG PEÑA, DP, PG, 1988, pág. 206. Con relación<br />

al <strong>dolo</strong> de ímpetu, expresa Quintero Olivares que fue Carrara<br />

quien propuso la distinción entre un <strong>dolo</strong> de “propósito”, que<br />

coincidiría esencialmente con el que ahora se conoce como “<strong>dolo</strong><br />

directo”, y un <strong>dolo</strong> “de ímpetu”. Así se calificarían aquellos momentos<br />

psicológicos guiados por la pasión irreflexiva. Tal especie<br />

de <strong>dolo</strong>, en la práctica, aparece frecuentemente en los <strong>del</strong>itos<br />

de sangre, motivados casi siempre por accesos de ira. Cfr. QUIN-<br />

TERO OLIVARES, DP, 1992, pág. 344. A su vez manifiesta Cuello<br />

Calón que además de los antes señalados se encuentran el <strong>dolo</strong><br />

inicial y el <strong>dolo</strong> subsiguiente. Así, afirma que el <strong>dolo</strong> inicial es el<br />

que existe antes de la consumación <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito, siendo culpable el<br />

agente aun cuando antes de este momento cambie de propósito.<br />

El <strong>dolo</strong> es subsiguiente cuando habiendo comenzado el agente la<br />

ejecución de un hecho no constitutivo de <strong>del</strong>ito surge en él la voluntad<br />

antijurídica de realizar un hecho <strong>del</strong>ictuoso. Ver CUELLO<br />

CALóN, DP, 1980, pág. 444.<br />

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