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A principios de Mayo, sobre la base de informaciones que hasta detallaban la fecha<br />
probable de la invasión, el personal especializado de la misión diplomática preparó<br />
un informe en el que se concluía que la ofensiva alemana era inminente. Ese informe<br />
fue, desde luego, enviado de inmediato a Moscú 43 . Las tres más famosas redes de<br />
espionaje soviéticas en la Segunda Guerra Mundial; la «orquesta roja», dirigida por<br />
Leopold Trepper y activa en Alemania, Francia y Bélgica; el grupo dirigido por el<br />
geógrafo húngaro Sandor Radó (conocido por el nombre código: «Dora» y que<br />
contaba con los servicios del super-espía «Lucy») con sede en Suiza, y por último el<br />
enigmático Richard Sorge, agente soviético en Tokio, conocieron con anticipación<br />
detalles precisos sobre los planes de guerra alemanes y los transmitieron a Moscú,<br />
sin que ello surtiese el efecto deseado. Tanto Trepper como Radó sobrevivieron la<br />
guerra y publicaron Memorias que contienen revelaciones verdaderamente<br />
fascinantes sobre sus labores de espionaje en favor de la Unión Soviética y los<br />
éxitos logrados.<br />
Trepper afirma que: «En Febrero [1941] envié un reporte detallado a Moscú,<br />
indicando el número exacto de divisiones alemanas que estaban siendo<br />
transportadas desde Francia y Bélgica hacia el este. En Mayo, a través del agregado<br />
militar soviético de Vichy [sector no-ocupado de Francia], general Susloparov, envié<br />
el plan de ataque alemán e indiqué su fecha original [15 de Mayo], luego la fecha<br />
revisada y la fecha final» 44 . Por su parte, Radó reproduce los textos de varios<br />
mensajes transmitidos a Moscú entre Febrero y Junio de 1941, en los que se<br />
confirmaban no solamente la decisión alemana de atacar sino que también se daban<br />
detalles sobre la cantidad, características y distribución de las unidades de combate<br />
desplegadas ante le URSS 45 . Stalin, sin embargo, no recibía este material de<br />
inteligencia «en estado puro», es decir, tal y como era enviado por sus agentes<br />
desde el exterior. Antes de llegar a sus manos, las más valiosas informaciones eran<br />
procesadas por Golikov, jefe del GRU (Servicio de Inteligencia del Ejército Rojo),<br />
quien rendía cuentas a Stalin personalmente. Los informes eran transmitidos a Stalin<br />
bajo dos clasificaciones: los provenientes de «fuentes confiables» y aquellos que se<br />
consideraban provenientes de «fuentes dudosas». De acuerdo al oficial que de<br />
hecho entregaba las carpetas de informes a Stalin, éste tomaba primeramente y con<br />
evidente interés lo que venía clasificado como «dudoso» y que podía reafirmar su<br />
política de inactividad ante los signos de una creciente amenaza nazi: «Todo lo que<br />
tendiese a confirmar que Hitler había marcado a Gran Bretaña como su verdadero<br />
objetivo, y que los movimientos de tropas hacia el este no eran más que una enorme<br />
y complicada treta, era clasificado por Golikov (consciente de lo que su jefe deseaba<br />
oír) como "confiable".<br />
__________________________________________________________________<br />
43.Véase R. Ainsztein: ob. cit., p. 666.<br />
44.Leopoíd Trepper: The Great Carne, Michael loseph, London, 1977, p. 126.<br />
45.Véase Sándor Radó: Codename Dora, Abelard, London, 1977, pp. 55, 58.<br />
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