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«Si Inglaterra permanece fiel a sus verdaderos intereses políticos mundiales, sus<br />
oponentes en Europa serán Francia y Rusia, pues son éstos los países que<br />
amenazan su posición imperial, así como en el futuro y en otras partes del mundo lo<br />
hará la Unión Americana (Estados Unidos)» 24 .<br />
Hitler era un experto en detectar debilidades en el carácter de sus enemigos,<br />
pero carecía de iguales dotes para apreciar la fortaleza moral y política de sus<br />
adversarios. Los líderes nazis eran incapaces de percibir la repugnancia moral que<br />
sus conquistas producían en el mundo exterior, y la profunda reacción de rechazo<br />
que sus políticas suscitaron por ejemplo en Gran Bretaña, sobre todo a partir de<br />
1938. La decisión británica de combatir a Hitler no resultó tan sólo de<br />
consideraciones de poder, sino también y fundamentalmente de una honda<br />
convicción moral y política que se enfrentaba a la naturaleza esencialmente<br />
destructiva y nihilista del credo nazi.<br />
De los argumentos e intenciones anunciados por Hitler en sus libros y<br />
discursos se desprende un programa político dividido en cinco etapas, que eran las<br />
siguientes: 1) Eliminación de las restricciones impuestas al rearme alemán por el<br />
Tratado de Versalles. Esta meta constituía una medida indispensable para edificar el<br />
instrumento militar que permitiría a Hitler llevar a cabo sus proyectos de conquista. 2)<br />
Destrucción del sistema de alianzas francés en Europa oriental, mediante el cual<br />
Francia intentaba mantener rodeada a Alemania. 3) Confrontación con Francia y su<br />
derrota; ello aseguraría la frontera occidental de Alemania y abriría las puertas al<br />
siguiente paso: conquista de «espacio vital» hacia el este. 4) Conquista y sumisión<br />
de Rusia: ésta era la etapa decisiva del programa político de Hitler: la obtención del<br />
«espacio vital» que el líder nazi consideraba absolutamente necesario para la<br />
supervivencia de Alemania. 5) La etapa final de su plan de dominio fue sólo<br />
superficialmente esbozada por Hitler en diversas ocasiones; su imaginación<br />
proyectaba Alemania explotando los recursos conquistados en Rusia y<br />
fortaleciéndose para luego expandirse fuera de Europa, bien en pugna con Gran<br />
Bretaña o preferiblemente en alianza provisional con los británicos contra Estados<br />
Unidos. La lógica inherente de la ideología nazi implicaba que la meta final sería el<br />
dominio del mundo por parte de la «raza superior», mas Hitler no llegó a detallar sus<br />
planes para el logro de ese último objetivo.<br />
Los objetivos del programa político de Hitler, en especial su meta de conquista<br />
de «espacio vital» en Rusia, permanecieron firmes durante toda su carrera, pero los<br />
medios empleados por Hitler para realizar su programa se caracterizaron por su gran<br />
flexibilidad y elasticidad. Esta disparidad entre la solidez de los fines y la flexibilidad<br />
de los medios ha traído como consecuencia que algunos historiadores hayan<br />
cuestionado el valor de los libros y pronunciamientos de Hitler como guías para<br />
determinar en qué consistían realmente sus proyectos de política exterior. Se ha<br />
dicho, por ejemplo, que Mein Kampf no proporciona lineamientos específicos para<br />
las acciones diplomáticas de Hitler entre 1933 y el comienzo de la guerra (1939),<br />
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24. Ibid, p.149<br />
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