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LDERES EN GUERRA: - Aníbal Romero

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iznas de fervor nacional, tuve que responder, solo, de la suerte de un país<br />

sometido al enemigo y desgarrado hasta las entrañas» 61 .<br />

¿Qué hizo de De Gaulle un personaje legendario? El no fue un gran capitán, ni<br />

el triunfador de una guerra; fue un gran político, «pero ni Richelieu ni Bismarck —<br />

escribe Malraux— son personajes legendarios; los gigantes políticos no lo son<br />

jamás» 62 . Lo que hizo a De Gaulle grande fue el nivel de su enfrentamiento, el<br />

carácter de su lucha, la naturaleza de la tarea que se fijó. De Gaulle concibió su vida<br />

como obra de arte y vio la política como arte en un doble sentido: en primer lugar, la<br />

política es estilo, capacidad de representación; en la misma interviene un elemento<br />

lúdico, el sentido del juego como camino para la aceptación de límites. Según<br />

Dauvignaud: «Parece que se debiera utilizar el término de actor para designar más<br />

bien el estatuto que reconoce una sociedad al hombre capaz de encarnar a<br />

personajes imaginarios, y el de comediante cada vez que interviene la conciencia<br />

que el artista toma de sí mismo y de la tarea que debe realizar para un público» 63 .<br />

De Gaulle exhibió siempre una profunda percepción del ingrediente estético dentro<br />

de lo político, y supo utilizarlo para colocar su misión en el nivel que quería: «El<br />

carisma de De Gaulle tiene en sí un elemento de poesía, el sonido y el ritmo son más<br />

importantes que el significado real de las palabras; modelan o vuelven a modelar los<br />

significados» 64 . De Gaulle fue un «actor» que encarnó un personaje: el héroe<br />

solitario que reta al destino y le impone su propio escenario: «el deber del actor no<br />

consiste en seguir un papel preconcebido, sino escribir el suyo y representarlo lo<br />

mejor que las circunstancias permitan» 65 . Cuando los hechos no se adaptaban a las<br />

exigencias del papel que se había impuesto. De Gaulle esperaba que madurasen las<br />

circunstancias para hacer su entrada en el momento más oportuno y elevar el nivel<br />

de su desafío.<br />

En segundo lugar. De Gaulle entendió la relación entre el arte y el juego, entre la<br />

actuación y los límites de toda comedia, y la dialéctica entre la creatividad y la<br />

decadencia. El buen actor trabaja sólo para sí mismo, ya que —como escribió en El<br />

Filo de la Espada, «los líderes de los hombres, políticos, profetas, soldados, que más<br />

lograron de los demás, se identificaron con grandes ideas» 66 El gran líder político se<br />

debe a una causa, y es ella la que da sentido a sus empresas. Para De Gaulle, ser la<br />

encarnación de la soberanía francesa imponía la necesidad de conservar a Francia y<br />

de subordinarse a ese objetivo. Tal subordinación imponía «prudencia, armonía,<br />

moderación y proteger a la nación y al misionero de los excesos de aquellos (como<br />

Napoleón o Hitler) que utilizan su nación como instrumento de gloria personal o a fin<br />

de desahogar sus obsesiones ideológicas o sicológicas» 67 .<br />

______________________________________________________________________________________________________<br />

61. Ibid., p. 239.<br />

62. A. Malraux: Les Chenes..., ob. cit., p. 53.<br />

63. Jean Duvignaud: El Actor, Taurus, Madrid, 1966, p. 9.<br />

64. S. e I. Hoffmann: ob. cit., p. 360.<br />

65. Ibid., p. 334.<br />

66. De Gaulle: Le Fíl..., p. 86.<br />

67. S. e I. Hoffmann: ob. cit., p. 335.<br />

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