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LDERES EN GUERRA: - Aníbal Romero

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nazis en el momento que se hizo. En su discurso del 3 de Julio de 1941 Stalin dijo:<br />

«Algunos se preguntarán: ¿cómo es posible que el gobierno soviético haya<br />

consentido concluir un acuerdo de no-agresión con gente tan pérfida como Hitler y<br />

Ribbentrop?; ¿no fue éste un grave error de parte del gobierno soviético?» Stalin<br />

negó que el Pacto con los nazis hubiese sido un error, ya que «Aseguramos la paz<br />

para nuestro país por año y medio y tuvimos la oportunidad de preparar nuestras<br />

fuerzas». La URSS no sólo había ganado tiempo sino también territorio, que<br />

significaba mayor espacio para la defensa, y la ventaja moral de estar convencidos<br />

de que el adversario era el verdadero agresor en tanto que el gobierno soviético<br />

había mantenido una política de paz hasta el final.<br />

La auto-justificación de Stalin tendría mayor solidez si durante el tiempo que<br />

duró el Pacto con Hitler se hubiesen realizado con todo el vigor necesario los<br />

preparativos para una guerra que supuestamente se consideraba inevitable, pero<br />

esto no fue así. El Pacto con los nazis fue una maniobra que pareció arrojar buenos<br />

dividendos a través de los veintidós meses de su duración, pero que finalmente dejó<br />

a Stalin y la URSS solos en el continente europeo ante una amenaza alemana que<br />

se había acrecentado y agravado gracias en parte a los suministros de materiales<br />

estratégicos escrupulosamente realizados por la URSS según los términos del<br />

acuerdo con Hitler. El intento de justificación de Stalin en Julio de 1941 fue engañoso<br />

en dos sentidos: en primer lugar implicaba que Hitler había estado en una situación<br />

de relativa pasividad durante el período de vigencia del Pacto, pero la realidad era<br />

totalmente contraria. Liberado de la pesadilla de una guerra en dos frentes, los nazis<br />

subyugaron Europa, añadiendo los recursos de una docena de países a la base<br />

logística del aparato bélico alemán. Hitler había extraído el máximo de provecho a su<br />

tiempo, y en 1941 era inmensamente más fuerte que en 1939, gracias en parte al<br />

apoyo económico soviético. En segundo lugar, era muy discutible la implicación que<br />

hacía Stalin respecto al buen uso que él había dado al tiempo que le concedió el<br />

Pacto. Es cierto que Stalin ha servido de «chivo expiatorio» después de la guerra y<br />

ha sido puesto a jugar el papel de único culpable de los desastres acaecidos a la<br />

URSS en 1941 y 1942; sin embargo, no cabe duda que una gran parte de la culpa<br />

recae sobre el que para entonces concentraba en sus manos gran parte del poder y<br />

la capacidad de tomar medidas que hubiesen impedido derrotas de tal magnitud.<br />

Aferrado hasta el último minuto a la esperanza de evitar el ataque, Stalin no hizo<br />

ningún caso a los múltiples signos de la inminente ofensiva alemana y se abstuvo de<br />

movilizar fuerzas suficientes para enfrentarla. Su timidez parece haberse basado en<br />

la idea de que la movilización rusa de 1914 había precipitado la Primera Guerra<br />

Mundial, pero aparte de que las circunstancias no eran las mismas, la falta de<br />

movilización soviética se agravó por la inexistencia de un plan de retirada coherente<br />

y por la concentración de tropas, equipos y depósitos en las fronteras, lo cual les<br />

hacía presas fáciles de los ataques de las «puntas de lanza» blindadas que luego<br />

procedían a rodearles: «el cargo más serio contra Stalin se refiere a su<br />

desconsideración de las opiniones de expertos militares... que insistían en la<br />

importancia de dispersar estratégicamente tropas e industrias hacia el este del país.<br />

Se hizo de hecho todo lo contrario, sin que tampoco se estableciesen planes para<br />

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