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En realidad, como entendieron muchos a veces a su pesar, Stalin no era una<br />
mediocridad como político. Las razones que le permitieron derrotar a Trostky en la<br />
lucha por la sucesión de Lenin no se derivaban de artimañas que le acercaban a los<br />
burócratas, ni de su poder para nombrar y remover individuos en diferentes cargos,<br />
sino fundamentalmente de su capacidad para hacer uso de temas que encontraban<br />
una amplia y positiva respuesta de parte de vastos sectores del Partido Bolchevique.<br />
Entre esos temas, sin lugar a dudas el más importante fue el de la posibilidad de<br />
construir el «socialismo es un solo país», aun cuando ese país fuese una Unión<br />
Soviética atrasada, predominantemente campesina, y aislada políticamente en el<br />
mundo: «En la medida en que existía, la afinidad peculiar que Trotsky percibió entre<br />
Stalin y el surgimiento de la casta burocrática soviética fue en buena parte el<br />
resultado de la habilidad de Stalin para convertirse en principal vocero de una<br />
posición política que los nuevos hombres de poder hallaban convincente. El<br />
surgimiento de esa afinidad constituyó un tributo a la formidable capacidad política<br />
de Stalin» 7 . Para Trotsky, no fue Stalin quien creó la maquinaria sino ésta la que le<br />
creó a él; mas como observa E. H. Carr: «se requería algo más que una maquinaria<br />
para "crear" a Stalin y colocarlo en la cima del poder». Ese «algo más» pertenecía a<br />
Stalin mismo y no provenía de la maquinaria. Ciertamente, sus discursos, artículos y<br />
ensayos parecen hoy sorprendentemente pobres. Trotsky desbordaba en<br />
imaginación y brillantez; Stalin se veía eclipsado y se movía en los entretelones,<br />
refugiándose en frases estereotipadas y concentrando su atención en unos pocos<br />
temas. No obstante, numerosos testigos, desde Lenin a Churchill, han reconocido<br />
que en las situaciones confidenciales, lejos de la luz pública y de la mirada<br />
escudriñadora de los auditorios, el pensamiento de Stalin se formulaba con fuerza y<br />
precisión para traducirse en actos: Stalin era eso, un político práctico, que usaba la<br />
teoría para lograr fines concretos.<br />
A pesar de las deficiencias en su razonamiento sobre «el socialismo en un<br />
solo país», su fórmula fue políticamente efectiva y logró capturar el entusiasmo y el<br />
apoyo de los cuadros medios del Partido Bolchevique en momentos cruciales.<br />
Trotsky esperaba que la revolución europea viniese a la ayuda de la revolución rusa;<br />
esa era la única vía para avanzar sólidamente hacia la construcción del socialismo<br />
en la URSS. La consigna de Stalin era mucho más simple, y si bien sus deficiencias<br />
teóricas eran obvias para los sectores ideológicamente maduros del Partido,<br />
contenía una proposición clara y positiva: es posible completar la construcción del<br />
socialismo en la URSS aun sin la revolución europea y hay que hacerlo. Para<br />
Trotsky, la «revolución permanente» implicaba, entre otras cosas, que Rusia por sí<br />
misma no sería capaz de avanzar lejos en la edificación del socialismo; la revolución<br />
tendría que atravesar las fronteras nacionales y alcanzar la fase internacional como<br />
único camino para sobrevivir y preservar su carácter socialista. Stalin decía: Rusia<br />
puede sostenerse por sí misma, y puede construir el socialismo en forma<br />
autosuficiente.<br />
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7. R. C. Tucker: ob. cit., loe. cit.<br />
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