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Hitler comunicó a Halder que «la intelligentsia designada por Stalin debe ser<br />
destruida. La maquinaria de comando del imperio ruso debe ser aplastada. En toda<br />
Rusia será indispensable utilizar la más desnuda fuerza bruta» 91 . El 30 de Marzo de<br />
1941, ante más de 200 oficiales Hitler hizo pública la tristemente famosa «orden de<br />
los comisarios», con la cual colocaba fuera de las reglas normales de la guerra no<br />
solamente a los dirigentes comunistas soviéticos, que iban a ser sistemáticamente<br />
eliminados sin juicio previo, sino también a todos aquellos habitantes de la URSS<br />
que se opusiesen a los alemanes, los cuales serían fusilados sin contemplaciones La<br />
próxima campaña, insistió Hitler, sería una batalla de aniquilación; los alemanes<br />
debían «impedir la reconstitución de una clase educada» en Rusia. Para las masas<br />
rusas, Hitler también guardaba, como manifestó en otra oportunidad, terribles<br />
designios: «Está en favor de nuestros intereses que los rusos aprendan tan sólo lo<br />
suficiente para reconocer las indicaciones en los caminos» 92 . La «orden de los<br />
comisarios» solo iba a resultar en una mayor oposición de la población soviética ante<br />
los alemanes: el pueblo iba a estar sometido a la más indiscriminada represión ante<br />
la cual la única salida era luchar. Las masas soviéticas pronto entendieron que se<br />
enfrentaban a un enemigo implacable que buscaba la subyugación total de los<br />
pobladores de la URSS y su conversión en poco menos que esclavos. La «orden de<br />
los comisarios», así como toda la guerra ideológica de Hitler en Rusia impedía<br />
cualquier «colaboracionismo» de los pobladores y estimulaba represalias contra los<br />
prisioneros alemanes; pero el líder nazi estaba decidido a llevar su cruzada<br />
ideológica hasta las últimas consecuencias, sin hacer caso a los costos militares de<br />
la misma. Los generales alemanes no levantaron su voz de protesta ante su Führer,<br />
tal vez con la esperanza de que el terror desplegado por la S. S. contribuiría al<br />
colapso de la URSS. Hitler y sus militares coincidieron al menos en ese error.<br />
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91. Citado por D. Irving: ob. cit., p. 212.<br />
92. Ibid., p. 290.<br />
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